Mejorar el sistema inmunológico en invierno

Los pequeños hábitos que mejorarán tu sistema inmunológico ante la llegada del frío

Si implementas estos sencillos pasos en tu rutina, las enfermedades del invierno no podrán contigo

Andrea Romero

Ya sabemos que el frío ha llegado, pero aún quedan días buenos en los que podemos disfrutar del sol y de buenas temperaturas, aunque no por mucho tiempo. También queda menos de un mes para que llegue el invierno y la verdadera temporada de frío está a la vuelta de la esquina, por ello, es crucial fortalecer nuestro sistema inmunológico.

Para enfrentar los desafíos que trae consigo el invierno te vendrá muy bien adoptar pequeños cambios en tus hábitos diarios. Estos pueden marcar la diferencia y ayudarte a mantener tu bienestar en esta época que a veces puede ser algo más dura.

Un buen autocuidado es la mejor opción contra las enfermedades típicas de esta época como la gripe o los resfriados. Si sigues los siguientes consejos, seguramente te librarás de ellos durante estos meses.

Algunos consejos de fácil incorporación a tu rutina para mejorar el sistema inmunológico

En primer lugar, una alimentación equilibrada es fundamental. Incluir alimentos ricos en vitaminas, sobre todo C y D, y minerales como el zinc o el hierro, proporciona a nuestro cuerpo los nutrientes esenciales para combatir infecciones y patógenos. Además, mantenerse bien hidratado resulta clave.

El descanso adecuado también desempeña un papel crucial porque durante el sueño, nuestro cuerpo se recupera. Establecer una rutina de sueño regular y asegurarse de dormir lo suficiente contribuye significativamente.

La actividad física regular es otro hábito beneficioso. El ejercicio moderado estimula la circulación sanguínea y la producción de células que combaten infecciones. Aunque las temperaturas no sean las que nos hacen sentir más cómodos, buscar maneras de mantenerse activo, ya sea con ejercicios en interiores o al aire libre, es esencial. Salir a dar un paseo al sol es muy sencillo y uno de los pasos más importantes.

La gestión del estrés es de lo más importante, ya que el estrés crónico puede debilitar nuestras defensas naturales, por lo que adoptar técnicas de relajación, como la meditación o el yoga, puede ser beneficioso. Estas prácticas, además de reducir el estrés, también promueven la salud mental y física en general.

Ventilar los espacios de la casa o del trabajo, especialmente si te acompañan más personas es algo que se debe hacer todos los días para que, en caso de que los demás porten alguna enfermedad, la carga viral que pueda haber en el ambiente se disminuya.

Por último, la higiene personal no debe pasarse por alto. Lavarse las manos regularmente ayuda a prevenir la propagación de gérmenes y reduce el riesgo de infecciones.

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