Y es que muchas veces, sobre todo si vamos al campo o a la playa, metemos nuestra botella de agua en el congelador para que así nos dure mucho más tiempo fría, algo que, sin embargo, no es nada recomendable por los peligros que esto puede tener. El mayor es que explote ya que «cuando el agua se congela, su volumen aumenta aproximadamente en un 9% y 10%. Esto significa que, si llenamos una botella hasta el tope, el hielo resultante podría romper la botella y causar una explosión», explican desde Nius Diario.
Si esto sucede, el hielo dañará el congelador y reducirá su eficiencia, además de que «dejar una botella llena de agua en el congelador puede provocar una congelación desigual y afectar los demás alimentos almacenados», explican.
Seguro que te estás preguntando, entonces ¿cómo consigo que mi agua esté fría? Pues bien, hay opciones como añadir cubitos de hielo a tus bebidas, además de las bolsas herméticas y los recipientes especiales para congelar líquidos con los que no corremos el riesgo de explosión.
Y un truco con el que puedes enfriar tus bebidas en menos de cinco minutos sin congelador, solo necesitas un recipiente, que puede ser un cubo o un bol, donde mezclarás hielo, agua y sal, luego introduce la botella que quieras enfriar.
«La combinación del hielo y el agua con la sal produce dos fenómenos conocidos como reacción endotérmica y descenso crioscópico que consiguen, por un lado, absorber el calor de la bebida rápidamente y, por otro, enfriar más el agua», explican desde La Razón.
Si finalmente decides congelar tus botellas, no las llenes del todo para dejar espacio para que el agua se expanda al congelarse. Además, es recomendable cerrar la botella con una tapa que permita el paso del aire para evitar que la presión del hielo acumulado provoque una explosión.
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