Antes de que se produjese su subida al escenario, los asistentes y el propio Almodóvar pudieron ver un vídeo que repasaba la su extensa trayectoria como cineasta, y uno de los momentos más destacados de esta pieza audiovisual fue cuando aparecía su madre, que había fallecido hace más de 20 años: «Muchísimas gracias, es demasiada emoción, estaba muy seguro antes de subir arriba, pero en el momento de ver esa imagen me he venido absolutamente abajo«, confesaba.
A lo largo de su discurso, este director de cine tan conocido en nuestro país quiso mostrar su agradecimiento a la ciudad de Zaragoza, «a todos los que componéis esta ciudad por el modo en que os habéis volcado«, mientras recordaba la clase que había dado ese mismo viernes en la ciudad y que contó con unas 2.000 personas. «No recuerdo una audiencia tan cálida como la de anoche«, comentaba.
Si hay algo que este director de cine ha resaltado en su discurso son los elementos en los que le han servido de inspiración en múltiples películas de su carrera: «Mi vida y mi filmografía han estado muy marcadas por algunos acontecimientos, como haber tenido una madre manchega que me ha transmitido una cultura rural y muy universal, la falta de prejuicio«, posteriormente el cineasta explicaba que: «a pesar de la oscuridad realidad en la que vivíamos, la lucha diaria por sobrevivir no estaba reñida con el humor«.
Después de pronunciar estas bonitas palabras, Almodóvar se tuvo que detener debido a la emoción del momento, «es difícil terminar con un capítulo que es la madre de uno«. Tras este comentario recordó como fue su llegada a Madrid. Esa nueva etapa en su vida le marcó mucho y el sentirse «forastero«, como él mismo comentaba en la capital.
«Yo también me vine del pueblo en busca, simplemente, de hacer mi vida y Madrid y su devenir durante los últimos 45 años me ha acompañado en todas mis película«, recordaba el cineasta. Aunque también reconoce que «fue motivo de dolor y de gran inspiración haber tenido un novio adicto«.
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