Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la cantidad diaria recomendada de pan es de 250 gramos, pero no todos son iguales ni tienen las mismas calorías. De hecho es relativamente frecuente que si nos ponemos a dieta o queremos empezar a cuidarnos cambiemos de pan blanco a pan integral. Pero, ¿es este tan saludable cómo creemos?.
El pan integral está formado por el salvado, la capa externa, dónde se encuentra toda la fibra, el germen dónde están los nutrientes y el endospermo dónde encontramos el almidón y la mayor cantidad de glucosa.
Jamie Gnau, instructora clínica de ciencias biomédicas en la Universidad Estatal de Missouri (EEUU) en una entrevista a Business Insider señalaba el pan integral como el más saludable, ya que ya que no produce «picos de azúcar en sangre como sí puede ocurrir con el pan blanco, y además de carbohidratos, también aporta fibra, proteínas y vitaminas de tipo B y E, Potasio, Folato, Hierro o Magnesio», explican desde 20Minutos.
Y es que según explican desde elheraldo.es, «hay opciones a la venta cuyo porcentaje de cereales es realmente bajo, y los cereales están solo como un adorno». «Debemos buscar que contenga todos los componentes de la harina. Así como cualquier otro cereal integral y que los ingredientes sean naturales», explican. Y por supuesto evitar las harinas refinadas presentes en algunas marcas.
Aunque el pan integral puede ser muy saludable si se escoge bien. El 100% integral o el de multigrano son algunas buenas opciones, explican desde El Confidencial. Desde dónde apuntan además que, «una rebanada promedio hecha con harina de trigo integral proporciona 80 calorías, 5 gramos de proteína, 0 gramos de grasa, 20 g de carbohidratos y 3 g de fibra. Los panes integrales al cien por cien también contienen cantidades variables de minerales esenciales como selenio, manganeso, calcio, tiamina y fósforo.»
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