Esta no es una entrevista al uso, pues las cuestiones que se plantean en la mesa no son las que estamos acostumbrados a escuchar. En esta conversación, ambas personalidades abordan temas de todo tipo en gran profundidad. Desde los nervios y los preparativos previos a una actuación o una competición deportiva, en el caso de Ona, hasta la importancia de cuidar la salud mental y alegrarse por los logros de la gente que nos rodea.
Tanto Pablo como Ona son dos personas que constantemente están sometidas a mucha presión y a unos objetivos muy ambiciosos, en los que tienen que rendir cuentas a miles, e incluso millones de personas. Alborán posee más de 12 millones de oyentes mensuales, lo que acarrea una gran responsabilidad, pues muchas de estas personas no están pendientes solamente de su música, sino también de sus pasos, de sus palabras y de sus actos.
Por su parte, Carbonell ha sido representante y medallista olímpica varias veces. Esto supone tener a millones de personas alrededor de todo el mundo pendientes de los minutos en los que la nadadora compite, juzgando cada uno de sus movimientos.
Pese a que los mundos de Pablo y Ona puedan parecer muy distintos, tienen más similitudes de las que podrías imaginar a priori. Cada uno desde su campo, habla de sus experiencias y coinciden en muchas de sus opiniones.
El cantante hace muchas reflexiones sobre temas muy diferentes en los 45 minutos que dura esta charla, pero uno de los que más ha dado que hablar es el de la compañía. Carbonell pregunta a Alborán: «¿Qué tiene de deportivo la música?». El malagueño, sorprendido por la originalidad de la pregunta, responde sin dudar «El compañerismo».
Después de esta respuesta tan rápida, el cantante se lo piensa mejor y reflexiona sobre la importancia de estar bien rodeado, a lo que añade: «He comprobado que solo no se llega a ningún sitio». Con esto, continúa diciendo que ha tenido la suerte de poder caminar junto a personas con las que comparte metas y ambiciones, que le han ayudado a él a conseguir su objetivo.
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