La experta ha explicado la gravedad que puede tener para nuestra salud visual bañarnos con lentillas y es que las consecuencias no son ninguna tontería. «En el mar, un río, un lago o en la ducha puede llevarte a una pérdida severa de la visión e, incluso, a una ceguera completa», ha explicado.
El responsable de provocar la ceguera es un protozoo llamado Acanthamoeba, que es común en espacios acuáticos y «puede provocarte una infección en la córnea que impide que la luz entre en el ojo», explicaba la especialista, que ha señalado también que sus síntomas, inflamación de la córnea, enrojecimiento, dolor muy intenso y deterioro de la visión, se pueden confundir fácilmente con queratitis por virus del herpes simple y por hongos, que son mucho más comunes. Y esto hace que el diagnóstico certero, que solo puede realizarse en hospitales especializados en oftalmología, se retrase.
Y es que tal y como explica Salobrar, «Aproximadamente el 90% de los pacientes que presentan queratitis por Acanthamoeba eran usuarios de lentes de contacto».
Pero este no es el único riesgo de bañarse con lentillas. En declaraciones a Saber Vivir, Alfons Bielsa, vicepresidente del Colegio Oficial de Opticos Optometristas de Cataluña (COOOC) ,señala otros como que nuestras lentes de contacto se contaminen, la mayor posibilidad de sufrir una infección o inflamación ocular por la presencia de microorganismos en el agua o el riesgo de perderlas, además del riesgo de deshidratación de las lentes que a su vez favorece la inflamación ocular, entre otros.
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