La llegada de la calor trae muchas cosas positivas: días más largos, baños en la piscina, viajes exprés a la playa, atardeceres… en definitiva, cualquier cosa que sea sinónimo de vacaciones. Sin embargo, las altas temperaturas también tienen sus consecuencias, entre ellas, la aparición de cucarachas. Estos insectos es común encontrárnoslo por las calles e incluso en nuestros hogares y ante esto, el acto reflejo es pisarlas. No obstante, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de que puede conllevar problemas para la salud.
La palabra cucaracha suele causar repelús para la mayoría de la población, y es que resulta inevitable pensar en este insecto y no sentir un poco de asco. Es quizás por ello que cuando nos encontramos una cuca, lo primero que pensamos es en pisarla y en acabar con ella (y cuanto más fuerte, mejor).
Sin embargo, esto no es lo más recomendable y tienen un gran motivo. Desde el propio organismo, recomiendan tajantemente no hacerlo, pero ¿por qué? además de la grima que produce escuchar su aplastamiento, hay un riesgo que va mucho más allá y que tiene que ver con nuestra propia salud.
Según explican, las cucarachas tienen una sustancia bacteriana que al pisarlas se esparcen en el ambiente y pueden provocar serios problemas para aquellos que lo respiren. Así pues, lo primero que puede ocasionar son ataques de asmas o alergias.
Sin embargo, no es en lo único que puede afectarnos, ya que estas también pueden transmitir enfermedades como salmonelosis u otras causados por estreptococos y estafilococos. Por otro lado, cuando las bacterias que se esparcen al pisarlas llegan a nuestro intestino, pueden provocar otro tipo de afecciones como diarrea o fiebre. Por tanto, ante la situación de encontrarnos con una cucaracha, la OMS propone que, antes de terminar con estos insectos, se fumigue el área para acabar directamente con la plaga de estos bichos.
Además de que pueda producir infecciones, el hecho de aplastar una cucaracha no es de lo más efectivo a la hora de acabar con ellas. Estos insectos que parecen pequeños e indefensos tienen una fuerza espectacular y son capaces de soportar hasta un peso 900 veces superior al suyo propio. Por lo que si intentas matar a este bicho una y otra vez, lo más probable es que esto nunca pase.
Su fuerza es tan grande que son capaces de sobrevivir una semana sin su cabeza e incluso pueden fingir su muerte para huir de una situación de peligro.
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