Las redes sociales son personales y privadas, e independientemente de que tu relación se base en la confianza y la comunicación, tu pareja no tiene que saber tus contraseñas. De hecho, el único motivo por el que podría pedirte tus claves sería, precisamente, la falta de confianza y el deseo de controlarte.
Cualquier relación tiene que apostar por la libertad y la independencia de cada uno. En internet, ocurre exactamente lo mismo. Tienes que confiar en tu pareja y comprender que su mundo no gira únicamente en torno a ti o a vuestra relación. Utiliza la madurez emocional y la inteligencia para restar importancia a los mensajes que reciba tu pareja a través de internet.
Si tu pareja descubre que ocultas vuestra relación en tu perfil, probablemente se tema lo peor. Si solo buscas amistad en las redes sociales y apuestas por tu relación, no tendrías por qué esconderla. Debes comportarte en internet tal y como lo harías fuera de la pantalla.
Las redes sociales provocan muchos malentendidos y cualquier detalle se magnifica en nuestra cabeza. Podemos imaginarnos lo peor a partir de un “me gusta”, un comentario o una solicitud de amistad. No debemos olvidar que internet no muestra la vida real y que, si nos tomamos en serio todo lo que vemos, sacaremos conclusiones equivocadas.
Las redes sociales en la pareja son simplemente un complemento y no deberíamos darles mayor importancia. Hay que encontrar el equilibrio entre nuestra vida real y lo que consumimos y compartimos en internet.