Hay costumbres que inciden directamente en los índices de grasa corporal y alteran la perdida de grasa cuando queremos adelgazar.
Cuándo nuestros hábitos antes de meternos en la cama no son los correctos, se nota en nuestro físico. Te dejamos algunas de las prácticas que ralentizan un pérdida de peso deseada.
¿Sabías que…
Mientras duerme, nuestro cuerpo se dedica a la “reparación y mantenimiento” del organismo, tareas vitales para la recuperación muscular, la quema de grasas y otras funciones metabólicas importantes. Por este motivo, descansar bien es tan importante para el peso corporal.
La más importante de todas es que no realices cenas copiosas, y más aún si es tarde. De esta manera, llenarás el cuerpo de calorías que no se pueden quemar. Debemos alimentarnos de manera más abundante a otras horas, como por ejemplo, en el desayuno o en la comida, ya que nos proporcionan fuerza para estar más activos durante el día.
Otra de las prácticas imprescindibles es lavarse los dientes antes de ir a dormir. Te parecerá irrelevante, pero cepillarse los dientes justo después de cenar frenará el impulso de continuar comiendo. Incorporar esta técnica hará evitar picoteos nocturnos que te harán ganar peso.
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Otro de los motivos de esas subidas de peso inesperadas es que no hagas ejercicio. Está demostrado que salir a andar después de cenar acelera el metabolismo y nuestro cuerpo quemará más grasa. Caminar ayudará a reactivar la digestión.
Un error muy cometido es cenar en el sofá mirando la televisión. Esto se debe a que la atención y la memoria afecta directamente a la comida que ingerimos. Si no miramos lo que comemos y no tenemos en cuenta lo que estamos comiendo puede llevarnos a picar más tarde.
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