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«No ha pagado la cuenta»: el «no» más surrealista de ‘First Dates’

Daria y MBaye no tendrán una segunda cita pero sí serán recordados por este momento

Raúl Vázquez Fernández

No pasa un día en ‘First Dates’ sin que tengamos alguna joya que merece ser recordada. En el último programa, el del miércoles 14 de junio, el momentazo nos lo regalaron Daria y MBaye.

Ella entró pisando fuerte. De 27 años y origen ruso, con ya 9 años a sus espaldas en España, sorprendió a Carlos Sobera con su profesión: influencer con «más de un millón de seguidores».

Él, por su parte, tiene 31 años y viene de País Vasco, concretamente de San Sebastián. Tras verlo, ella reconoció que le sonaba su cara, cosa que se resolvió cuando le dijo su procedencia: «Por eso me suenas porque San Sebastián es un pueblo. Seguro que te conozco, pero 100% que te conozco».

Por este motivo rechazó Daria a Mbaye en ‘First Dates’

La cena de Daria y Mbaye en ‘First Dates’ no empezó mal. Hablaron de todo un poco pero se atisbaban curvas detrás de las cámaras. Sobre todo, por algunas confesiones de ella:

«El rollo español no me va mucho. Aquí no existen ya los caballeros. He tenido novios españoles. Uno de los cien chicos que veo, es caballero como yo quiero. A mí me encanta lo de antes. Nadie te regala flores, nadie paga en la cita… y para mí esto es un no rotundo», reconoció.

La cosa se empezó a calentar cuando hablaron de sexo. Él afirmó ser «muy alocado» en este tema, cosa que a ella no le acabó de encajar, ya que busca algo más «tranquilito». Eso sí, tiene fantasías por cumplir: «Tengo todos los materiales, solo me falta la persona».

El plato fuerte del programa de citas llegó en el reservado. El soltero la intentó besar pero ella «es una señorita y nunca besa en la primera cita». A continuación, afirmó que «nunca paga la cuenta, quién abona la factura tiene que ser el chico».

Y en la decisión final… «Yo no tendría una segunda cita romántica con Mbaye porque somos los dos muy extrovertidos y eso me da mucho miedo». Algo que remató con una de las razones más surrealistas que se recuerdan: «Y tampoco ha pagado la cuenta».

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