Ramón García y su familia

Así es Natalia, la hija más reservada de Ramón García y Patricia Cerezo

La joven estudia ADE y es voluntaria desde temprana edad

Andrea Romero

La nueva versión del icónico programa ‘Grand Prix’ lograba volver a televisión con un éxito rotundo. El presentador, Ramón García, volvía con su inconfundible carisma, y sin perder la esencia que tanto le caracteriza, Ramontxu vuelve con sus chistes y bromas, ya típicos.

En alguno de estos comentarios mencionaba a su hija Natalia, a quien llevó al programa en alguna ocasión cuando solo tenía dos años. A lo largo del tiempo, la joven y su otra hermana, la menor, se han transformado en los pilares fundamentales del presentador. Natalia celebraba su mayoría de edad en medio del divorcio de sus padres, Ramón García y Patricia Cerezo, desgraciadamente, su entrada en la vida adulta coincidía con la gran avalancha mediática a causa de la separación del presentador y la periodista.

La joven siente pasión por la moda y los viajes, aunque su futuro profesional se sitúa lejos de la televisión. Manteniendo un perfil sumamente discreto, la hija mayor de Ramón García y Patricia Cerezo se encuentra estudiando Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Pontificia Comillas ICADE, ubicada en pleno corazón de Madrid. Consigue compaginar sus estudios con su labor en la empresa ligada al área de innovación abierta de Telefónica, Wayra. Sus padres siempre han sentido un gran orgullo por ella y sus logros. Su madre destaca su sentido de la responsabilidad y generosidad.

Así ve Ramón García a su hija

Para Ramón García, Natalia es su tesoro más preciado y para la joven, dice que su padre es el sol de su vida. Así lo describía ella misma al compartir una foto junto a su padre mientras bailaban en la celebración de su 18 cumpleaños. Ambos están estrechamente unidos y es común ver a la joven junto al presentador en las plazas de toros. Recientemente, el vasco se emocionaba al recordar el instante en el que llevó a su hija a uno de los bolos locos del ‘Grand Prix’ cuando apenas tenía dos años.

Natalia ha estado involucrada en trabajos de voluntariado desde temprana edad. Participó en Cáritas realizando actividades con niños huérfanos, también formó parte de un grupo de voluntarios dedicados a recoger alimentos para comedores sociales. Más recientemente, en 2020, pasó un año como voluntaria en un centro penitenciario ayudando a las reclusas con hijos de hasta 12 años, brindándoles clases de lectura.

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