La diabetes se produce cuando el organismo no produce insulina suficiente o no responde a ella. El páncreas es el órgano que produce esta hormona en respuesta al aumento de la concentración de azúcar en la sangre mientras el cuerpo digiere los alimentos. Por lo tanto si no tenemos insulina suficiente los niveles de azúcar en sangre están elevados, ya que es la encargada de extraer los azúcares de la sangre y llevarlos a los músculos y tejidos y su falta producirá síntomas como micción frecuente, sed, visión borrosa y fatiga.
Las inyecciones de insulina son el tratamiento habitual para reducir el nivel de azúcar en sangre y es que su administración por vía oral a veces es complicada porque es una proteína que se destruye fácilmente en el estómago. Por eso, de momento, la forma más fiable de administrarla es mediante inyecciones. Aunque los investigadores están tratando de desarrollar «píldoras resistentes a la digestión en el estómago y parches cutáneos que controlan el azúcar en sangrey liberan insulina automáticamente», explica Bill Sullivan, profesor de Pharmacology & Toxicology, en Indiana University, en un artículo publicado en la web de Telecinco.
Desde el mismo medio aluden a un estudio reciente publicado en ‘The Lancet Diabetes & Endocrinology‘, que explica cómo en un futuro la música rock podría sustituir a las inyecciones de insulina. Y es que «los investigadores diseñaron células que liberan insulina en respuesta a ondas sonoras específicas: la música del grupo Queen».
La ingeniería celular sería la encargada precisamente de ver «cómo sustituir esas células defectuosas por otras nuevas capaces de producir insulina a demanda», explican y añaden que «consiste en modificar genéticamente una célula para que realice una función específica, como producir insulina. Instalar el gen que produce la insulina en las células no es difícil, pero controlar cuándo la produce ha sido todo un reto hasta ahora. Porque la insulina sólo debe producirse en respuesta aniveles elevados de azúcar en sangre tras una comida, no en cualquier otro momento.»
Aquí entran en juego los canales iónicos, «proteínas incrustadas en la membrana celular que regulan el flujo de iones como el calcio o el cloruro, como un dispositivo teledirigido para activar la actividad celular», existen de forma natural como dispositivos sensoriales que ayudan a las células y organismos a responder a la luz, el magnetismo, el tacto o el sonido
El profesor de bioingeniería Martin Fussenegger, de la ETH de Zúrich, ha utilizado precisamente uno de estos canales iónicos mecanosensibles en un reciente estudio. Los utilizó como “mando a distancia” para indicar a las células que produjeran insulina en respuesta a ondas sonoras específicas. Estas células se cultivaron en el laboratorio junto a altavoces, probando distintos géneros musicales, intensidades y velocidades.
A los pocos minutos de exposición a la música las células liberaron insulina. El resultado fue que «la música pop con muchos graves y las bandas sonoras de películas eran más capaces de desencadenar la liberación de insulina en comparación con la música clásica», matizan. Y concretaron aún más, vieron que la canción de Queen ‘We Will Rock You’ «imitaba con mayor fidelidad el ritmo de liberación de insulina en las células beta pancreáticas normales».
Después se implantaron las células liberadoras de insulina controladas por MUSIC ( la abreviatura anglosajona de control celular inducible por música) en ratones diabéticos. «Al escuchar la canción de Queen durante 15 minutos una vez al día, la cantidad de insulina en sangre volvió a niveles normales. Los niveles de azúcar en sangre también volvieron a la normalidad. En cambio, los ratones que no fueron expuestos a la canción permanecieron hiperglucémicos», explica. Aunque el experto concluye que a pesar de estos prometedores resultados, hace falta mucha más investigación antes de considerar este enfoque para producir insulina en humanos.
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