Multas que te parecen surrealistas pero que son verdad: por llevar los cristales sucios, discutir con tu pareja o hacer una peineta a otro conductor

Se trata de normas que entraron en vigor en marzo de 2022

Ana Más

Tal y como explican desde la web de la DGT, «Las nuevas formas de movernos, conectarnos y comunicarnos nos exigen evolucionar. Por eso, adaptamos a los tiempos la Ley de Tráfico y Seguridad Vial, una nueva reforma que mejorará la eficacia del sistema y la convivencia entre todos. Conoce las nuevas normas que están en vigor desde el 21 de marzo 2022». Así que desde hace casi un año nos enfrentamos a nuevas sanciones que en ocasiones pueden resultarnos incluso surrealistas.

Entre ellas la multa que pueden ponernos por llevar la música alta, la DGT  aconseja llevar la música a un volumen moderado, que no distraiga la atención del conductor, ya que muy alta puede acabar suponiendo una distracción y un peligro para la seguridad vial por impedir al conductor escuchar lo que sucede a su alrededor e incluso reaccionar ante un imprevisto.

Tal y como explican desde 20Minutos en ese caso, «La cantidad podría ascender entre 80 y 100 eurosen el caso de llevar la música a todo volumen tras las 22.00 horas de la noches. También implicaría multa si se tiene la música muy alta al pasar por áreas como hospitales o residencias de mayores. «

Más multas surrealistas

traffic jams in the city, road, rush hour

Pero no se trata de la única sanción surrealista, discutir con nuestro acompañante en el coche puede salirnos caro y no solo porque este pueda enfadarse y dejarnos de hablar sino por la sanción que la DGT puede imponernos. Nada más y nada menos que ochenta euros de sanción, la misma cantidad con la que nos multarán si besamos al copiloto o le hacemos una peineta al conductor de otro coche.

Y algo que nada tiene que ver con la buena educación sino más bien con la limpieza de nuestro coche, si como lo oyes, no llevar el coche tan limpio como deberíamos puede ser una sanción de tráfico. Concretamente  no quitar la nieve y el hielo de nuestros cristales antes de empezar a circular.

Algo que  no es un capricho de la DGT o que este organismo pretenda que seamos lo más limpios posible, sino que se trata de evitar ponernos en riesgo o poner a los demás al mermar la visibilidad del conductor llevando los cristales llenos de nieve o hielo, algo por lo que podemos llegar a pagar hasta 200 euros.

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