A la hora de cambiar de coche, uno de las cosas que tenemos que pensar es qué tipo de motor vamos a elegir y es que cada vez nos fijamos más en las cifras de consumo de nuestro coche y el gasto en combustible o electricidad es uno de los gastos fijos que tendremos que pagar mientras dure el coche.
A la hora de elegir debemos tener en cuenta factores como el precio de la gasolina y el diesel, lo fácil o difícil que sea encotrar surtidores de gas o si podemos o no instalar un punto de recarga en nuestra casa. Y a partir de ahí decidir la compra que mejor se adecúe a nuestras necesidades y economía. Y es que hoy en día las opciones al margen del motor de gasolina, son muchas, bifuel gasolina-GLP, híbridos auto recargables, híbridos enchufables y modelos cien por cien eléctricos entre otras.
Una tarea en la que puede ayudarnos el estudio realizado por la OCU, con el que han querido saber con qué opción de motor, que no sea el de gasolina tradicional, se amortiza antes el coste extra que tiene el coche al comprarlo, una vez recorridos cien mil kilómetros.
Y es que la OCU ha determinado que, transcurridos 10 años de uso en los que se hayan recorrido 100.000 kilómetros, «los coches más caros de mantener son los de motor de gasolina», explican desde 20 Minutos. A partir de ahí explican «que la mecánica más barata de mantener y la que antes de amortiza en cuanto al gasto de compra en la de GLP». Sin embargo desde la organización señalan como inconveniente de esta opción los pocos modelos que hay, prácticamente solo modelos pequeños de las marcas Dacia y Renault.
Los coches bifuel gasolina-GLP cuestan solo 700 euros más que los modelos que utilizan solo gasolina. Y el precio del carburante GLP para 100.000 kilómetros es de 8.550 euros, esto significa que empiezan a salir rentables a partir de los 20.000 kilómetros.
En el caso de los coches eléctricos la inversión es de 7.000 euros más que en los de gasolina al comprarlos, el gasto de recarga es de cuatro mil euros y la rentabilidad se nota a partir de los 85.000 km. Eso si, debemos tener o poder instalar un punto de recarga en casa, si no el precio se dispara al tener que cargarlo en cargadores públicos.
Comprar un híbrido no enchufable nos va a suponer unos 2.500 euros más que uno de gasolina y el gasto en ‘alimentarlo’ es de 10.000 euros, por lo que empiezan a salir rentables a los 110.000 kilómetros. Por otra parte los enchufables «cuestan unos 4.000 euros, pero solo sirven 6.400 euros para repostarlos durante 100.000 kilómetros, por lo que empiezan a salir rentables a partir de los 70.000 kilómetros, antes que los de diésel incluso», explican desde el mismo medio.
Si optamos por un diesel invertiremos una media de 2.500 euros más que los de gasolina y el gasto en combustible para 100.000 kilómetros es de 8.900 euros. Esto supone que empiezan a salir rentables a partir de los 75.000 kilómetros.
En el estudio la Organización de Consumidores ha tomado como referencia los siguientes precios de las fuentes de energía que utilizan los distintos tipos de coche:
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