Lo primero que tienes que hacer es pelar los huevos y dejar que las cáscaras se sequen al sol. Cuándo estén secas, tritúralas e introdúcelas en el termo que previamente habrás llenado con agua caliente. A continuación tápalo y agítalo durante un par de minutos. Después déjalo reposar un cuarto de hora, vacíalo y seca con un trapo, el resultado te sorprenderá.
Y además no es el único uso que puedes darle en lo que se refiere a temas de limpieza. Desde la web de Gasgrolab apuntan otro más. «Te ayudarán a limpiar las superficies de tu cocina e incluso utensilios como ollas y sartenes, ya que es ideal para eliminar la grasa pegada», explican. Para ello el proceso es igual, debes sacar las cáscaras al sol para que pierdan la humedad, luego triturarlas hasta conseguir un polvo fino y aplicar este sobre lo que quieras limpiar junto a dos cucharadas de jabón frotando, después enjuaga y seca. Quedarán como nuevas.
Ese mismo ‘polvillo’ puede servirte para un uso que tiene mucho más que ver con la belleza que con la limpieza. Si lo añades a tu esmalte transparente y te lo aplicas, conseguirás fortalecer tus uñas. Desde Mejorconsalud hacen alusión a un estudio publicado en The New England Journal of Medicine, que explica que el calcio que aportan las cáscaras de huevo ayuda a combatir el debilitamiento de las uñas.
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