A continuación, realizaremos un viaje en el tiempo para recorrer las distintas etapas a nivel visual y estético que la artista nos ha ido regalando en sus proyectos musicales. Destacaremos lo más importante y veremos así cómo ha ido cambiando su estilo constantemente.
De un modo arrasador, la cantante ha hecho de cada una de sus historias, relatos visuales adecuados a su ‘yo’ de ese momento. De este modo, vemos una clara evolución tanto personal como musical que se refleja en el sonido, en los colores, en los elementos y en todo lo que se ve en sus videoclips.
Los años 90 fueron testigos de los primeros pasos de Mónica Naranjo como una auténtica profesional en la industria de la música. Algunos de sus vídeos iniciales como Sola y Desátame reflejan el estilo de la época. Estética que combina moda extravagante, escenografías llamativas y elementos típicos de la música pop de la época. Ah, y brillo y cardados. Muchos.
Los temas de empoderamiento y pasión amorosa también son una de las grandes señas de identidad de la cantante, que la acompañan desde sus inicios y se reflejan claramente en estos vídeos, que, combinado con su innegable talento, contribuyó definitivamente a su atractivo.
Con la llegada de los esperados años 200, los videoclips de Naranjo comenzaron a mostrar una mayor diversidad estilística. Sobreviviré, uno de sus éxitos más destacados de toda su carrera, se caracterizó por una narrativa visual que alternaba el blanco y negro y colores vibrantes. Los primeros, con contraste alto expresan agresividad y dureza, mientras que los segundos reflejan ese tono más alegre y festivo que adquiere la canción en algunos momentos.
Otros vídeos, como Enamorada, incorporan elementos visuales más sofisticados que van más allá. Evolucionan sus visuales a la par que también lo hace su estilo musical. Durante esta época vemos y escuchamos a una Naranjo sin miedo de experimentar nuevos ámbitos.
Esta década Mónica adopta un enfoque más cinematográfico, en el que se ve el cuidado en cada detalle. Jamás y Perdida, son dos de las grandes obras que representan la belleza del séptimo arte en blanco y negro, al mostrar dos mini películas acompañadas de una banda sonora excepcional. La intensidad se palpa desde el primer fotograma de cada uno de estos vídeos, que realzan el componente emocional de las composiciones musicales.
Con la llegada del 2020, Mónica Naranjo está a punto de cumplir sus 30 años en la industria y lo hace con un proyecto de lo más diferente y arrollador. MIMÉTIKA es fruto de la evolución y madurez, y aquí vemos reflejada la versatilidad de la artista en un álbum rock electrónico con una estética visual muy abstracta.
¿Y qué hay que hacer para entender este tipo de arte? Meternos en la cabeza de Mónica Naranjo. Así es como presentaba ella misma este trabajo, como un cóctel de muchas Mónicas que realzan su indiscutible poder. Lágrimas de un Ángel es ese videoclip en el que la artista es algo más que cantante, sino que se convierte en una verdadera diosa.
Esto último también puede referirse al hecho de que es, sin duda alguna, una de las grandes voces femeninas, no solo de nuestro país, sino del mundo entero. Y cómo no, esto se ha visto en cada uno de los trabajos que Mónica ha presentado durante este gran camino que ha ido trazando.
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