La edad, los genes, el sexo, la actividad física y la dieta son algunos de los factores que influyen en que nuestro metabolismo sea rápido o lento. Pero antes de nada, ¿sabes qué es el metabolismo?
El término hace referencia a las reacciones químicas que consiguen aprovechar la energía procedente de los alimentos conseguir así que nuestro organismo funcione correctamente. Hay una cantidad de energía mínima que nuestro organismo necesita diariamente conocida cómo «metabolismo basal» y es diferente dependiendo de la persona, es decir no es igual en un niño pequeño que en un hombre.
Recuerda…
Con los años el metabolismo se ralentiza. Para poder acelerarlo es importante no solo la nutrición, cómo te alimentas, si no también el deporte. Deberás hacer ejercicio de fuerza. El objetivo es aumentar el tamaño de nuestros músculos para que obliguen al organismo a quemar calorías para poder alimentarlos.
Pero además podemos tener un metabolismo rápido, esto es si nuestro organismo consume una gran cantidad de energía en un día normal. Las personas que tienen este tipo de metabolismo no almacenan energía en forma de grasa saturada, la aprovechan o la desechan.
Por el contrario es lento, nuestro organismo necesitará menos energía para hacer sus funciones vitales y toda la energía que no consume la almacena en forma de grasa.
Hay algunos «síntomas» que pueden ayudarte a saber si es rápido o lento, tal y cómo explican desde mundodeportivo.com: «Las personas con el metabolismo rápido tienden a tener el cuerpo muy caliente puesto que el organismo está procesando más energía y, por tanto, tus músculos trabajan de forma más eficiente haciendo que se aumente la sensación interna de calor. Por contra, las personas con él lento suelen ser más frioleras.»