Las recomendaciones de la OMS al respecto son claras, los niños menores de un año deben dormir entre catorce y dieciséis horas siestas incluidas. Los pequeños entre uno y dos años entre once y catorce horas y para aquellos que tienen entre tres y cuatro años la recomendación es entre diez y trece horas de sueño diarias siestas incluidas.
Sin embargo muchos padres dirán, «la teoría nos la sabemos de memoria ¿ qué pasa si no consigo que mi hijo duerma bien?». En los casos en los que los padres ya lo han probado todo o casi todo y no consiguen que su hijo duerma bien, los pediatras recetan melatonina, una hormona facilitadora del sueño. Pero entonces nos surgen dudas sobre cómo dársela a nuestros hijos o durante cuanto tiempo e incluso si es seguro hacerlo.
No se recomienda su uso en niños menores de seis meses y la cantidad correcta está entre uno y tres mg al día, sin superar las cuatro semanas de tratamiento en niños lactantes y algo más en niños mayores. Además por supuesto de acompañar su uso con la práctica de medidas de higiene del sueño básicas, como acostarse siempre a la misma hora, mantener la temperatura de la habitación entre 20 y 22 grados y evitar pantallas antes de dormir, entre otras.
Desde el mismo medio hacen referencia a la preocupación de las cuatro principales sociedades científicas pediátricas (AEP, SEPEAP, AEPAP y SENEP) «por el «abuso» de preparados de melatonina en la población infantil». Además el doctor Fernando Martín del Valle, neuro pediatra del Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés (Madrid) explica que aunque la melatonina tiene un amplio perfil de seguridad, tiene efectos a muchos niveles y se desconoce su efecto a largo plazo, por eso recomienda limitar su uso «a 4 semanas en niños, y siempre bajo control médico».