La vuelta a la rutina, estos cambios de temperaturas típicos del veranillo de San Miguel, las preocupaciones del día a día y un sinfín de factores pueden afectar a nuestro descanso nocturno. Y es que hay muchas personas que en el momento en el que despiertan a mitad de la noche ya no consiguen pegar ojo hasta que suena el despertador, así que aquí vamos a contarte algunas estrategias para dormir rápidamente.
El problema del insomnio es un problema que, en la mayoría de casos reside en la quietud, según la periodista el farmacéutico nutricionista experto en psiconeuroinmunología, Marcello Soi. «Si conciliamos bien el sueño cuando nos vamos a la cama, pero a las 4 de la mañana estamos despiertos y tenemos constantes despertares durante la noche, es porque el cuerpo nos está avisando que hay un exceso de actividad en nuestro sistema nervioso simpático, cuya activación domina en situaciones de peligro o estrés».
A modo de resumen, esto quiere decir que cuanto más estrés, más probabilidades tienes de quedarte despierto de madrugada. Con esto, queda claro que es necesario reducir la ansiedad, la tensión y liberarnos de los pensamientos innecesarios para poder conciliar el sueño y descansar debidamente, tanto cuerpo y mente.
¿Por qué me despierto siempre a la misma hora de madrugada? El experto en sueño en el Instituto del Sueño, Eguzquiza Solís, responde que los seres humanos estamos diseñados para despertarnos varias veces durante el sueño por breves instantes para comprobar que el entorno es seguro. De la misma manera, estamos preparados para volvernos a dormir de forma inmediata. Normalmente ninguno de nosotros es consciente de ello excepto cuando éstos se prolongan más allá de cinco minutos.
Lo primero que hay que tener en cuenta es la respiración. Esto resulta clave a la hora de relajarnos para poder descansar y reducir los niveles de estrés. Según el UNC Medical Center, «la respiración diafragmática es un tipo de respiración relajante que usa el diafragma, que se encuentra debajo de las costillas y arriba del estómago. Con este tipo de respiración, el diafragma ocasiona que el estómago, en vez del pecho, suba y baje. Cuando los pulmones se llenan de aire el diafragma presiona hacia abajo y el estómago sube. Cuando los pulmones se vacían de aire el diafragma vuelve a subir y el estómago baja». El resultado es una respiración lenta, uniforme y profunda que, en conjunción con focalizar la atención en punto, es una gran ayuda para tranquilizarnos.
La eficacia de este método reside en controlar nuestro ritmo y respiración para relajar el cuerpo y la mente en tres pasos muy fáciles. El primero es colocar la punta de la lengua en el punto donde los dientes superiores frontales se separan del paladar, el segundo es cerrar la boca y respirar por la nariz durante cuatro segundos y aguantar la respiración con el aire en los pulmones durante 7 segundos. Y el último es expulsar todo el aire de los pulmones durante unos 8 segundos, después de todos ellos, ayudarás a tu organismo y podrás dormir mejor.
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