Pero muchas veces no tenemos muy claro como incorporar estas rutinas más sostenibles en nuestro hogar. Te contamos algunos gestos sencillos con los que puedes estar haciendo mucho por el planeta.
Comenzamos por lo que respecta al consumo de agua, además de cosas que todos conocemos como no aclarar los platos antes de meterlos en el lavavajillas o cerrar el grifo cuando nos lavemos los dientes o nos enjabonemos en la ducha, podemos ir un poco más allá instalando aireadores en los grifos, son baratos, no requieren instalación ninguna y su función es mezclar el agua con el aire para que no disminuya la sensación de caudal pero si el agua que consumimos.
Además algo tan fácil como si vamos a cambiar algún electrodoméstico, fijarnos en la etiqueta de eficiencia energética del mismo puede suponernos un ahorro en el consumo. Los de mayor eficiencia son los de la letra A y los de menor los de la letra G.
Vamos ahora con algo importante en este sentido, el consumo de productos ecológicos, no sólo comida sino también de utensilios o decoración que ya podemos encontrar en el mercado con el distintivo de certificado ecológico que garantiza que no llevan ningún tipo de toxinas.
Un ejemplo de este tipo de productos son las pinturas naturales, que están elaboradas con agua e ingredientes vegetales y biodegradables y ningún componente tóxico.Los textiles hechos con fibras naturales y los muebles fabricados con madera de bosques que se gestionan de forma sostenible son otros ejemplos.