Manuel Carrasco y Almudena Navalón desvelan realmente cómo se conocieron: «No fue en una entrevista»

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El programa de Joaquín , el novato acogió en su último programa al matrimonio formado entre Manuel Carrasco y Almudena Navalón.

La pareja que lleva ya casi una década de feliz matrimonio y que ha creado una bonita familia, charló animadamente con el futbolista y desveló algunos aspectos de su relación que pocos conocían. Es más, decidieron a aclarar alguna que otra versión «oficiosa» que circula sobre ella.

La más arraigada es que ambos se conocieron en una entrevista a la que el cantante acudió durante la promoción de uno de sus primeros trabajos. Almudena, la periodista encargada de elaborarla, y el cantante tuvieron un flechazo.

El resto de la historia, es de sobra conocida: se casan, son felices y comen perdices.

Almudena Navalón y Manuel Carrasco: «No nos conocimos en una entrevista»

Que la realidad no te estropee un buen titular es una de las máximas que se atribuyen al gremio de la prensa. En esta ocasión, la pareja quiso desmontar el bulo en el programa de Antena 3 y desvelaron realmente cuándo y dónde se vieron por primera vez:

«Nos conocimos en un after» confesó Almudena y prosiguió «Fue en un sitio clandestino, que hay que entrar con huella dactilar»

«Yo le pedí su huella», añadió Carrasco y ella la dejó en un papel. «Es más -explicó el onubensse-, hay una letra de una canción que habla de ese papel. Yo le dejé mi número de teléfono ahí apuntado».

Fue él quién le enviaría su primer mensaje de teléfono: «Toc, toc, señorita Almudena» al que ella reaccionó sorprendida:  «¿quién escribe un lunes?»

La historia de amor salió bien, si no fuera por la anécdota de la pedida de mano. Fue romántica pero a punto estuvo de terminar en tragedia.

«Yo la estaba esperando en casa y lo puse todo lleno de velas, una canción así especial e hinqué rodilla»… asegura el cantante dando una versión idílica del momento. Sin embargo, Almudena, lo vivió de una forma diferente. «Manuel no paraba de preguntarme cuánto me quedaba para volver a casa. El motivo no era otro que las velas estaban derritiéndose cada vez más…Tuvimos que apagarlas varias veces…Luego me sentí fatal», ha recordado entre risas.