Aunque en España el término es todavía bastante desconocido, en EE.UU las ‘almond mon’ no lo son tanto. Las madres almendra, como se ha traducido en nuestro país, son aquellas que están obsesionadas con el físico de sus hijas y su dieta. ¿Eres una ‘madre almendra’? Te ayudamos a saberlo.
Desde la web de Antena3 explican de dónde viene el término: «se origina del hecho de que las almendras son consideradas una opción saludable para picar entre horas y que las almond mom podrían recomendar y ofrecer almendras como una de las alternativas más saludables a los snacks con otros alimentos que están más procesados o que tienen azúcares.»
Es tanta la popularidad que han alcanzado que «el hashtag #Almondmom cuenta ya con más de 250 millones de visualizaciones en TikTok». Y es que es bastante frecuente que las jóvenes estadounidenses compartan en sus perfiles los comentarios de sus madres sobre su peso y aspecto, además de las rutinas de alimentación y consejos de estética que estas les dan. Aunque a priori pueda parecer algo sin importancia, e incluso en ocasiones cómico, tiene importancia y mucha, ya que puede ser un auténtico peligro para la salud de las chicas.
Seguramente las ‘mamás almendra’ tengan estas actitudes con sus hijas con su mejor intención, ya que para ellas se trata simplemente de ponerle más fácil a sus hijas el hecho de cumplir el canon estético que impera en la sociedad actual, llevando un control sobre su dieta y modo de vida, proyectando seguramente así sus propias inseguridades en lo que se refiere al físico.
Y es que en los años noventa se acuñó el término ‘cultura de la dieta’, produciéndose una gran batalla contra la obesidad en EE.UU. Se comenzó a vincular la idea de belleza y pérdida de peso con la felicidad y la salud. La herencia de aquello es en la actualidad la obsesión por la imagen en redes sociales dónde adelgazar, los trucos para hacerlo y las dietas milagro están muy presentes.
El peligro de llevar un control férreo sobre la dieta de nuestras hijas es que este puede desencadenar en algo tan grave como un trastorno alimenticio, si «se prohíbe el consumo de cualquier tipo de dulces o alimentos procesados, es muy probable que una excepción genere un tremendo sentimiento de culpa y según qué platos despierten un torbellino de emociones contrapuestas y desagradables», explican desde el mismo medio. Y esto a su vez puede derivar en un trastorno de la conducta alimentaria como bulimia o anorexia.
La recomendación parece clara, llevar una dieta saludable, en la que toda la familia pueda disfrutar de todo tipo de comida de forma equilibrada y combinarla con deporte sin que la imagen o el cuerpo sean el centro de atención.
Desde publico.es apuntan algo más, «no se debe montar un drama por haber engordado dos kilos, vivir obsesionado con las calorías, o dar más valor al aspecto físico que a otros factores de la personalidad que son mucho más relevantes…Lo mejor siempre es educar con el ejemplo».
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