Los japoneses llevan 700 años produciendo madera sin cortar árboles: descubrimos la extraordinaria técnica de daisugi
Nació en Japón en el siglo XIV y permite que el árbol crezca y brote mientras usa su madera, sin cortarlo nunca
Un maravilloso hilo de X (antes Twitter) nos descubre cómo en el imperio nipón se aplica este procedimiento en los cedros: la madera que se obtiene es uniforme, recta y sin nudos, prácticamente perfecta para la construcción.
Además, el post muestra una imagen que ilustra el proceso de crecimiento de los árboles con este sistema.
Los japoneses llevan 700 años produciendo madera sin cortar árboles. En el siglo XIV, nació en Japón la extraordinaria técnica de daisugi.
De hecho, daisugi prevé que estos árboles serán plantados para las futuras generaciones y no serán talados sino podados como si fueran… pic.twitter.com/B0aQoFes2H
— Somos Cosmos (@InformaCosmos) October 19, 2023
Origen e historia del daisugi
El daisugi es una técnica agrícola tradicional de Japón que consiste en cultivar árboles en forma vertical para obtener madera de la mejor calidad posible y que ha sido transmitida de generación en generación.
Fue en el siglo XIV, cuando éstos se dieron cuenta de la posibilidad de cultivar cedros sin tener que esperar años para que se desarrollaran de forma natural.
El daisugi consiste en podar selectivamente los árboles jóvenes de cedro. De esta forma se promueve el crecimiento de cuantiosos brotes verticales que terminan por conformar un bosque con troncos rectos y delgados.
Los árboles aumentan su tamaño bajo este patrón y durante decenas de años proporcionan madera de alta calidad sin necesidad de ser talados.
Entre los beneficios del daisugi está la conservación del bosque y la biodiversidad. Además, es una técnica sostenible y permite que el ecosistema se mantenga durante años.
En el pasado la madera de cedro se utilizaba en la construcción de templos y casas. Hoy en día, la madera se usa para hacer objetos de artesanía, muebles y pavimentos.
En la actualidad, la técnica del daisugi ha sido reconocida como un bien cultural inmaterial de Japón.
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