La OCU ha realizado una encuesta para determinar qué alimentos y artículos se han caído de la cesta de la compra y por cuales han sido sustituidos por tener un precio más asequible.
Los datos obtenidos reflejan una desviación del consumo hacia los productos congelados –verduras y pescados– y las llamadas «marcas blancas«, más económicas que las tradicionales.
En los últimos meses, la inflación se ha cebado, sobre todo, con la cesta de la compra. Nuestras economías domésticas se han resentido mucho y el consumidor se lo piensa a la hora de acudir al supermercado y decidir qué productos echar al carro.
Las frutas y verduras también se han visto afectadas. La versión «fresca» de estas últimas ha sido sustituida por la alternativa «congelada» mientras que las marcas blancas se han empoderado en los lineales como una opción de compra más económica al alcance del consumidor. El 50% y el 45% de los encuestados reconoce que ha tenido que disminuir más o menos la compra de fruta y verdura fresca, mientras que un 30% reconoce que reducido también la compra de lácteos.
La OCU alerta del peligro de que los productos procesados han sido sustituir por productos procesados, más baratos, pero poco o nada saludables.
De entre los artículos que más se han encarecido se encuentra el aceite de oliva: cuesta hasta un 44% más que hace un año.
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