Durante el proceso de compra se generan endorfinas y aumentan los niveles de dopamina. Como consecuencia de ello, uno se siente mejor y se multiplica la sensación de bienestar.
De esta forma se cumple con una de las leyes del marketing y coincide con la función terapéutica de las compras.
En plena cuesta de enero y con deudas hasta en el carnet de identidad por los excesos cometidos en las navidades, es complicado hacer números para aprovechar las rebajas… El problema es que no siempre contamos con efectivo suficiente para gastar después de las compras de reyes.
Según las leyes del marketing, todo tipo de evento puede convertirse en una oportunidad para generar ventas. Hay muchos ejemplos a lo largo de la historia: el Día de la Madre, el Día del Padre, San Valentín, Halloween o el Black Friday, por citar algunos ejemplos.
Por no hablar de las diferentes fiestas nacionales o eventos deportivos que pueden ser hábilmente explotadas por los comerciantes para promocionar un determinado tipo de producto apelando al espíritu nacional de los ciudadanos.
La mayoría de estos eventos se han convertido en citas comerciales que han pasado a formar parte de nuestro calendario y aunque no forman parte originalmente de nuestra cultura, son recibidos con entusiasmo por la población, que encuentra una nueva oportunidad para celebrar la efeméride y, al hilo de su entusiasmo, gastar.
También podemos citar la tan odiada cuesta de enero después de las fiestas de fin de año donde más de uno habrá gastado gran parte de su nómina en cenas y regalos. Todo ello sin olvidar los gastos propios de principio de año y las restricciones sanitarias (distanciamiento social, aforamientos, riesgos de contagio, variantes de coronavirus,…).
Ante este panorama ¿qué mejor que hacer unas compras terapéuticas para levantar el ánimo? Según Eva Martín, CEO de Tiendeo: “Las enseñas y marcas son muy conscientes de esta situación y apelan a emociones positivas para atraer a los consumidores con ofertas y descuentos en esta fecha tan singular. Igual que el Black Friday o San Valentín, el Blue Monday suele tener muy buena acogida”.
Existen numerosos estudios científicos que indican que comprar es una forma eficaz de sentirse mejor. No se trata de convertirse en un comprador compulsivo, sino simplemente de experimentar el placer de hacernos un pequeño regalo, al comprar algo que queríamos desde hace tiempo o al pensar en un ser querido, sabiendo que le hacemos feliz.
Cuando el estado de ánimo es bajo, nuestro instinto de supervivencia nos lleva a buscar formas de recuperarnos. Para superarlo, algunos se dedican a actividades artísticas, otros prefieren salir con los amigos o ir al gimnasio, mientras que otros eligen ir de compras.
Así es como el cerebro consigue desplazar su atención de los problemas cotidianos y centrarse en ofertas y chollos interesantes. El objetivo es precisamente éste: no pensar, dejar que nuestra mente se dedique a otra cosa, a algo más agradable y placentero, olvidando por un rato lo que nos aqueja y así recuperar el optimismo y buen humor.
¿Qué categorías de compras atraen más la atención del consumidor en el día más triste del año? Las categorías con más búsquedas en el Blue Monday son hogar y muebles, bricolaje y jardín, y electrónica.