Tener el colesterol alto puede ser algo hereditario, pero lo normal es que responda a una alimentación y a un estilo de vida poco saludable. Lo bueno es que podemos prevenirlo y tratarlo llevando una dieta sana, haciendo ejercicio de forma regular y en algunos casos tomando algún «superalimento» como el clavo, entre cuyas propiedades está que ayuda a controlar los niveles de colesterol malo o LDL en el organismo.
Hoy nos detenemos en otro alimento que tiene fama de reducir el colesterol también, la levadura roja de arroz, que tal y como explican desde la web de la OCU, «es un producto chino tradicional que se obtiene mediante la fermentación de arroz blanco por la levadura Monascus purpureus, que es la que le da el color rojo al arroz». La responsable de que este alimento actúe sobre el colesterol es la monacolina K, que es la que producen ciertas cepas de esa levadura en determinadas condiciones de fermentación.
Es decir, hemos de diferenciar entre arroz rojo, que es un tipo de cereal cuya cáscara no se elimina, como sí ocurre en el caso del arroz blanco, y por eso presenta el color rojizo y el suplemento alimenticio para reducir el colesterol, que se obtiene a partir de un hongo que crece sobre este cereal, el cual va adquiriendo el color rojo a causa de la proliferación del moho ‘Monascus purpureus’.
Además, explican que «la monacolina K tiene la misma estructura y comportamiento que la lovastatina, un principio activo autorizado como medicamento para el tratamiento de la hipercolesterolemia, que reduce los niveles de colesterol-LDL (el llamado “colesterol malo”)».
Aunque para notar su efecto sobre el colesterol debemos tomar 10 mg de monacolina K diariamente. Algo que confirmaba la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) en 2011, «la monacolina K de la levadura roja de arroz contribuye al mantenimiento de los niveles normales de colesterol en la sangre».
Sin embargo, desde la Organización de Consumidores advierten que al comportarse como la lovastatina, debemos usar la monacolina K con las mismas restricciones, es decir, deben evitar tomarlo las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, los niños y adolescentes, ya que en ellos no se ha demostrado ninguna eficacia y se desconoce su seguridad, las personas mayores de 70 años que son más susceptibles a los daños adversos y aquellos que tengan antecedentes de problemas hepáticos, renales o musculares.
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