Y es que tal y como explicaba a Insider la dietista Andrea Mathis, «la mayoría de las personas no se dan cuenta de que las fresas tienen capacidades similares a las de una esponja, lo que significa que pueden absorber pesticidas y bacterias fácilmente«.
Y de ahí la importancia de lavarlas muy bien. Por eso no basta con ponerlas debajo del agua, sino que para eliminar cualquier resto de pesticidas debemos meterlas en agua, con vinagre o sal y dejarlas 15 minutos.
El momento ideal para lavarlas es cuando nos las vamos a comer. La razón es que así evitaremos aportarles más humedad de la que tienen, ya que lo único que conseguiremos es acelerar el crecimiento de microorganismos. También es importante no retirar las hojas verdes que la coronan hasta que no las laves, ya que ayudan a que la fresa no absorba tanta agua.
El vinagre es un gran aliado para desinfectarlas, por su alto poder antimicrobiano y además es de uso cotidiano, por lo que es fácil tenerlo en casa.
Ten en cuenta que para comer unas buenas fresas es imprescindible escoger aquellas que estén en mejor estado, descarta aquellas que tengan golpes o moho. Además compra aquellas que sepas que vas a consumir como máximo en un par de días para que no se te estropeen.
Y es que las fresas tienen muchas propiedades, entre ellas su bajo valor calórico, además de que son ricas en fibra y por ello favorecen el funcionamiento del intestino.
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