«Somos lo que somos, y las referencias son solo herramientas, no caminos. Siempre acabas sonando a tí«, es una de las reflexiones que podemos leer en una de las últimas publicaciones que ha ido compartiendo Leiva en los últimos días en sus redes sociales y que nos anticipan los últimos proyectos en los que se encuentra trabajando.
Pese a la intensa gira que está viviendo por diferentes puntos de Latinoamérica y por nuestro país, el exmiembro de Pereza no da puntada sin hilo y está aprovechando para nutrirse de todas aquellas vivencias con las que se encuentra en cada punto del planeta al que acude, de los amigos que allí le esperan o de los episodios que le tocan vivir durante este año para componer canciones que formarán parte de su nuevo disco.
Estos últimos días, Leiva nos lleva contando en sus redes sociales las últimas novedades que introducirá en el diseño de su próximo proyecto. Él mismo reconoce que en el punto en el que se encuentra actualmente no está dispuesto a encerrarse en un estudio para componer canciones.
«Son las 4:12 am. Conozco bien el techo de esta habitación en Sonic Ranch, mi estudio favorito del mundo. Estamos en Tornillo, un pueblito en el desierto de Texas. He sido muy feliz en este lugar, por eso no debería volver. Pero me inspira y me devuelve la ilusión, a veces fatigada«, comenzaba escribiendo el madrileño en el primer post que compartía en las redes.
Respecto a ese lugar que ha elegido para comenzar a grabar su próximo disco, el intérprete de Terriblemente cruel reconoce lo siguiente: “Sonic Ranch es un templo del mejor equipo vintage que uno pueda soñar. Todo lo que me gusta está aquí. La consola que estamos utilizando, por poner un ejemplo, es una Neve que Prince le compró a la Motown. Sólo con eso da para cuadrarse y entrar en otra dimensión”.
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La novedad que introducen en este álbum es que será analógico y como él mismo reconoce en el post: “En cinta, a la viejísima usanza. Es otra manera de vivir el proceso. Todo es mucho más lento y laborioso, pero esta manera de trabajar tiene algo que me conmueve y me compensa. Un grasa casi imperceptible en el sonido que, para mí, sí marca la diferencia”. Respecto a esta nueva modalidad, Leiva resalta lo siguiente: “Tienes muy pocas o casi ninguna opción de maquillar nada de lo que has grabado. Se trata de convivir con los fallos y registrar el espíritu. Domar el perfeccionismo. Aquí no hay Control-Z”.
Si hay alguien con el que está compartiendo esta experiencia es con un gran amigo, Adán que de él dice lo siguiente: “Compañero de banda en The guapos, y excelente bajista y productor mexicano-parisino. Arreglanoswky para los amigos. Lleva la musica bien dentro desde niño. Su papá, el polifacético director de cine Alejandro Jodoroswky, le dejó esa sensibilidad para cualquier disciplina artística. ¡Sus primeros acordes se los enseñó George Harrison! Me hace bien convivir con él”.
En otro de los post que ha compartido, Leiva nos anticipa que ya llevaban cuatro canciones grabadas de este próximo disco.»Voy registrando lo que puedo con una cámara Super 8 70’s que traje. Estoy dando bastante la brasa con el tema, pero capturando bonitos instantes«.
«Una de ellas la escribí hace unos días, y creo que es la que más ilusionado me tiene. «Sashimi» se llama. La canté un poco afónico de más, pero creo que le fue bien esa lija«, reconocía el artista que nos la presentaba con un pequeño adelanto de la letra.
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Lo más curioso es la historia que le inspiró a Leiva para componer este tema: «El día que llegamos me retuvieron durante varias horas en la frontera de Juarez. Me metieron en un cuarto con tres supuestos traficantes esposados a una silla a mi lado. Ella lloraba mucho mientras le leían sus derechos. Me rompió el corazón, la verdad. Los otros dos se sabían al dedillo los códigos. Quizá por eso estaban más tranquilos. El problema en mi caso tenía que ver con una confusión en uno de los números de mi pasaporte. Eso, y que no les gusté, vaya. El Suboficial Rivera tomaba mis huellas y me hacía fotos mientras sonaba “Peligrosamente dark” en el cuarto. No les cuadraba bien eso de que era músico y venía a grabar un disco. De la tension perdí un poco la voz, siempre me sucede«.
Por último, el madrileño agradecía a los compañeros que le siguen ayudando en esta etapa: «Pero llevar la familia puesta por el mundo es el mejor antídoto para transformar en risas cualquier inconveniente. Pop y Fede me acompañan. Doy gracias a la vida por tener a esos dos seres divinos siempre cerca. Les veo reir en el desayuno mientras comen huevos rancheros picantes y me contagian rápido».
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