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— Álvaro Díaz ️️⚧️ (@alvaritodiaz78) September 13, 2023
1. Negación y Shock En las primeras etapas de una ruptura, es común sentirse en estado de shock. La negación puede ser una respuesta natural para proteger nuestras emociones, haciendo que sea difícil asimilar la realidad de la separación. Puede parecer irreal, y es posible que nos aferramos a la esperanza de que todo sea solo un mal sueño. En esta fase, es importante permitirse sentir estas emociones sin juzgarse a uno mismo.
2. Ira y Dolor A medida que la negación comienza a disiparse, la ira y el dolor pueden emerger con fuerza. Puede ser doloroso confrontar la realidad de que la relación se ha roto y que los sueños compartidos se han desvanecido. En esta etapa, es normal sentirse enojado, herido y traicionado. La clave aquí es encontrar formas constructivas de expresar estas emociones, como hablar con amigos de confianza o considerar la terapia.
3. Negociación y Reflexión La fase de negociación implica buscar respuestas y reflexionar sobre lo que pudo haberse hecho de manera diferente. Es un período en el que podemos sentirnos vulnerables y cuestionar nuestras acciones y decisiones. Es importante recordar que las relaciones son un esfuerzo conjunto y no debemos cargar con la culpa de manera desproporcionada. Aprovecha esta etapa para aprender y crecer.
4. Depresión y Tristeza Profunda La tristeza profunda es una parte inevitable del proceso de duelo. En esta fase, podemos sentir una profunda tristeza, soledad y desesperanza. Aceptar estos sentimientos es esencial para sanar. Busca apoyo de amigos y familiares, y considera la ayuda de un profesional si la tristeza se vuelve abrumadora.
5. Aceptación y Renovación Con el tiempo, la tristeza cede y la aceptación se convierte en el objetivo. Aceptar la ruptura no significa que estés de acuerdo con ella, sino que estás dispuesto a seguir adelante. Esta fase es un período de renovación personal, donde puedes redescubrir quién eres fuera de la relación y establecer nuevos objetivos para el futuro.