¿Eres de los que pone algún endulzante a todo? ¿No puedes vivir sin ellos? Pese a que su sabor puede resultar de lo más atractivo para tu paladar, la realidad es que puede traerte consecuencias graves para tu salud. Cada vez son más los estudios que argumentan que el consumo de azúcar o sus variantes pueden ocasionar enfermedades metabólicas crónicas como la diabetes o la obesidad, por citar solo algunas.
Es cierto que esto responde más bien a una tarea educativa a la largo plazo, pero lo ideal sería que tu paladar se fuese haciendo poco a poco a sabores «menos dulces». Por eso, es importante aprender a controlar el consumo de endulzantes que pudieramos tener a nuestro alcance y saber cuáles son aquellos que podríamos tomar y cuáles otros generan el «efecto suma» y que deberíamos evitar.
Actualmente, el uso de edulcorantes en la alimentación es cada vez más frecuente, tanto es así que el azúcar se ha acabdo convirtiendo en el gran enemigo de las dietas saludables. Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) alertan que uno de los grandes problemas de este endulzante reside en que se tiende a hacer un consumo excesivo del mismo.
Cabe recordar que según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), el consumo medio de glucosa en personas adultas en España se sitúa en 94,3 gramos, pero la realidad supera esta cifra ya que en torno al 25,6% de los adultos y al 44,9% de las embarazadas superan hasta un 10% lo recomendado (25 gramos/día) por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Este mismo organismo ha pubicado un estudio en el que explica que los azúcares por los edulcorantes no ayuda a controlar el peso o a tener una dieta saludable. Este organismo recomienda que una buena forma de reducir la ingesta de azúcares es consumiendo productos que tengan este alimento de forma natural como podría ser la fruta o aquellas bebidas o productos que sean no azucarados.
Dentro del mundo de los endulzantes, hay que distinguir tres grupos:
Dentro de este grupo el más común es la sacarosa, más popularmente conocido como el azúcar blanco de mesa que todos almacenamos en casa. Sin embargo, dentro de este grupo se encuentran también la fructosa (edulcorante encontrado en frutas y verduras), la lactosa (el azúcar de la leche), la maltodextrina (muy común en las bebidas deportivas), y también la propia miel y los jarabes.
Su sabor lo notarás al instante puesto que aporta mucho endulzor al alimento que estás consumiendo, además de que es un buen conservante. Sin embargo, sus desventajas son que pueden provocar enfermedades, así como caries en los dientes. Por no hablar que aportan muchas calorías al organismo: 4 kcal/g si es azúcar y fructosa y 3 kcal/g si se trata de miel.
Estos tienen un origen natural y sueles encontrarlos en diferentes hortalizas y frutas, entre las que caben destacar las manzanas, las peras o las ciruelas. Su aporte calórico es escaso, pero si se consume en altas dosis estas pueden generar el efecto contrario. Dentro de esta clase se encuentran el sorbitol, lactitol (muy usado en caramelos, galletas y salsas), manitol (usado por las industrias alimentarias para endulzar el sabor), isomaltitol, xilitol, maltitol y eritritol.
En lo que respecta a las ventajas, estos polialcholes suelen aportar menos calorías que el azúcar (inferior a 0,2 kcal/g) y no provocan tantas caries dentales. Aun así, uno de sus grandes inconvenientes es que suelen provocar todo tipo de problemas intestinales como diarreas, dolor abdominal y flatulencias. Además, su consumo en dosis altas puede generar un efecto laxante.
Suelen hacer referencia a aquellos productos que suelen endulzar entre 50 y 2.5000 veces más los productos que el azúcar y en ellos se encuentran el aspartamo, taumatina, acesulfamo K, ciclamatos, sacarina, neohesperidina, sucralosa y estevia.
Tampoco aportan calorías si se utilizan en cantidades pequeñas, pero algunos no logran el sabor deseado. Igual que sucede con los polialcholes, los edulcorantes son aditivos. Aunque como todo en esta vida, lo importante es no excederse en su consumo.
Son muchos los usuarios que han sucumbido al edulcorante de moda, la estevia, que suele aparecer como un ingrediente más en diferentes productos alimenticios. Suele ser muy resistente al calor, además de tener una alta capacidad de solubilidad. No suelen aportar calorías pero no hay que olvidar que se trata de un aditivo y lo recomendado es no superar los 4 mg por cada kilogramo de peso corporal y por día.
En los comercios es difícil encontrar algunos de los edulcorantes que hemos mencionado anteriormente, ya que muchos de ellos vienen mezclados entre sí. Estas combinaciones pueden presentarse en forma de terrones, en sobre, en líquido en pequeñas píldoras y de forma granulado. Sin embargo, muchos de estos no consiguen el sabor dulce deseado porque suelen quedarse muy por debajo de lo considerado «dulce». Además, suelen perder parte de su esencia si los utilizamos en comidas calientes como la repostería, ya que les falta consistencia.
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