Ambas mantenían una bonita amistad desde hace años y solían cruzar mensajes en redes y compartir fotografías juntas.
Muchas de ellas forman parte ahora de una carta que su amiga Sara Carbonero le ha dedicado. Y como no, como no ha podido ser de otra forma ha querido mostrarla a través de su Instagram para que sirva de consuelo a los seguidores de Elena.
Esta es la carta que Sara Carbonero ha escrito para Elena Huelva.
«Querida Elena, qué día tan triste, qué vacío tan grande y qué injusta es la vida. Cómo duele…
Aún no me puedo creer que no vaya a escuchar nunca más tu dulce voz, que no podamos intercambiar canciones de madrugada ni disfrutar de todos los conciertos que nos quedaban por vivir.
Hace unos días hablamos por teléfono para despedirnos pero en lo más profundo de mí, tenía la esperanza, igual que tú, de que eso no ocurriera.
Me consuela pensar que te llevas además de un pedazo de nuestro corazón una infinidad de momentos bonitos, de esos que saboreabas como nadie. Porque nunca he conocido a nadie que amara la vida tanto como tú.
Siempre con tu sonrisa, tu gratitud, tu generosidad, tu preocupación por todo el mundo y tus ganas infinitas. Siempre viendo el vaso medio lleno y animando a los demás.
Me has enseñado e inspirado tanto, tanto. Ya te lo dije. Me cambiaste la vida.
Has sido un regalo y te seguiré dando las gracias todos los días por aparecer aquella tarde en Gran Vía. Cuando nos cruzamos y ya no pudimos separarnos.
Ya sabes que no creo mucho en las casualidades pero sí en el destino caprichoso.
Descansa tranquila, mi niña.
Cuidaremos de Emi, tu mitad. Otro ejemplo de amor y de coraje. Le recordaré a menudo lo mucho que la admiro y la gran mujer que es.
Todo estará bien por aquí abajo pero un poco más oscuro.
Porque en tus apenas 20 años comprendiste mejor que mucha gente de qué va esto de la vida y nos diste una lección, sin pretenderlo.
Porque hace falta en este mundo mucha más gente como tú.
Dicen que solo muere lo que se olvida. Yo te recordaré eternamente.
Mis niños también. Hicisteis muy buenas migas, les hablaré mucho de ti y de todas nuestras aventuras juntas.
De la amiga más especial y valiente que se puede tener. Te pondré siempre como ejemplo de cómo plantarle cara a la adversidad.
Gracias por todo lo que me has ayudado y enseñado. Ojalá haber tenido algo más de tiempo para bailar.
Te voy a echar mucho de menos.
Nada va a ser lo mismo.
Vuela alto como esas libélulas que tanto nos gustan.
Te quiero muchísimo.»
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