Ya nos lo venía avisando Rozalén en esa bonita e inspiradora canción que se llama Vivir junto a Estopa: «Y si me levanto y miro al cielo.Doy las gracias y mi tiempo lo dedico a quien yo quiero...».
Esta artista se ha consolidado en los último años como una de las voces más reivindicativas y queridas de nuestro país. La albaceteña nos ha logrado cautivar con esas brillantes letras que no pasan por desapercibidas, debido al gran aprendizaje que llevan por bandera.
Dejando a un lado su carrera en la música, Rozalén nos sorprende en muchas ocasiones con las bonitas reflexiones que nos comparte en su perfil de Instagram. Con ellas siempre sacamos algún que otro aprendizaje y nos hace valorar algunos de los detalles que a menudo nos hacen sentirnos bien con nosotros mismos.
La de Albacete nos ha resumido 10 fotos con un precioso texto que comienza de la siguiente forma: «Recuérdame que viva.
Que si no vivo no cuento. Que si no vivo no canto. Recuérdame que eche al coche la guitarra y una mochila con lo imprescindible y escape lejos. O que compre el siguiente vuelo a Bruselas y acabemos durmiendo juntos en un ático torcido con huecos de chimenea sin fuego. Y bailemos como si se acabara el mundo en una rave improvisada en una plaza al caer la noche. Y cambie bota por cerveza belga en una taberna de Gante. Y haya un viaje dentro del viaje por las calles de Brujas«.
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Por otro lado, la intérprete de Que no, que no nos recuerda lo bonito que es rodearse de otras mujeres que te quieran y valoren: «Recuérdame que viva y acuda a un círculo de mujeres donde las horas son minutos, donde se llore y se abrace sin miedo. Y las meigas limpien mi aura con palo santo. Y acabemos en el campo cantando en torno al fuego mientras la luna se pone llena«.
Posteriormente, prosigue escribiendo: «Recuérdame que viva y no me pierda ver crecer a los hijos de mis amigas. Y los salude con euforia a cada vuelta del tío vivo. Y nos comamos un helado de turrón porque era el favorito de nuestros padres mientras caminamos al atardecer de una playa de Valencia. Recuérdame que viva y me preocupe de la vida de quienes quiero. Y conozca las calles donde crecieron, sus nuevas ilusiones, su familia, sus amigos de siempre. Y me haga kms para comer fideuá o arroz a banda como si de un ritual se tratase. Y una madre me prepare una bolsa de fruta para el camino. Y hablemos y escuchemos música durante horas fuera de los escenarios…«.
Para Rozalén también hay algo muy importante en su vida, los lugares en los que ha crecido: «Recuérdame que viva y vuelva a la ciudad donde estudié y me ponga delante de mis maestros para darles las gracias. Y compruebe cómo hemos cambiado. Y desbloquee recuerdos de los bares donde me enamoré, de las esquinas donde creí morir por un beso, de los bancos donde nacieron canciones. Recuérdame que me deje querer, que me deje cuidar».
Por último, en el texto nos recuerda que todas aquellas vivencias que vive las plasma en su canciones: «Recuérdame que viva y pierda la noción del tiempo en la mágica Granada. Y me quede atrapada minutos en el abrazo de quien ha venido desde lejos para encontrarme. Y me duela la cara entera de contar chistes pésimos. Y me chupe la miel de los dedos de los dulces árabes con los ojos cerrados. Y me asombren nuevos talentos y se me erice el cuerpo. Y me deje la voz acariciando mi guitarra en el suelo…
Recuérdame que Viva.
Que si no vivo no canto.
Que si no vivo no cuento«.
Y a ti, ¿qué te parece esta bonita reflexión?
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