Ya en la mesa de debate, los colaboradores junto a la presentadora empezaban a comentar un suceso que había tenido lugar en una guardería de Asia. Tras escuchar las órdenes de una profesora de que tenían que recoger rápidamente todos los objetos que habían esparcidos en el suelo, los niños se ponían mano a la obra sin siquiera rechistar. Un gesto que sorprendía a todos los colaboradores, pero especialmente a Juan del Val.
Tras ver las imágenes que Nacho García proyectaba en la pantalla, y en las que se veía a la profesora llegar a la clase y tirar todo lo que se encontraba por el camino, el colaborador se acordaba de sus hijos y aseguraba que no son el mejor ejemplo si hablan de orden. De hecho, no hacía falta más que escucharlo hablar de ellos para entenderlo.
«¡Mira, como mis hijos su cuarto!», decía con tono irónico al ver cómo los niños de esa guardería ordenaban todo y dando pie a pensar que el desorden reina en su hogar o en cualquier zona que se encuentren sus hijos. De hecho, tal y como dejó entrever, Del Val mostró su asombro al ver que unos niños más pequeños que sus hijos eran capaces de ponerse a recoger.
Sin embargo, después de dejar claro que el orden no era de algo que pudieran presumir sus hijos, Juan del Val quiso destacar otra virtud de ellos. En este caso, se refería a la exclusividad que muchos restaurantes imponen a la hora de llevar a menores.
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