Pero, ¿a qué se refiere el término job sharing?, países como Suiza, Reino Unido o Alemania ya la han introducido, aunque en nuestro país todavía es bastante desconocido, «consiste básicamente en que dos empleados compartan un único puesto de trabajo. Se reparten las horas y la responsabilidad, pero también la remuneración», explican desde uppers.com.
Es algo así como una media jornada pero con un equipo de dos personas que se reparten el trabajo de una sola persona. Por eso es esencial que se lleven bien ya que tendrán que trabajar mano a mano y serán, los dos, responsables de que el trabajo llegue a buen término.
Un trabajo que se puede dividir por tareas, pero para ello será necesaria una buena y fluída comunicación entre ámbos, ya que para que uno «empiece su trabajo es necesario que el otro área este finalizado. No se trata de un mero relevo de turno de trabajo», explican.
La flexibilidad horaria, que facilita a su vez la conciliación familiar, menos estres y por lo tanto mejor productividad y una búsqueda de soluciones más sencilla al realizar nuestro trabajo junto a otra persona, son algunos de los beneficios del job sharing que para la empresa también tiene ventajas, como más flexibilidad, ya que si un empleado no puede asumir más carga el otro si podría hacerlo, la retención del talento al contar con trabajadores más felices y la reducción del absentismo laboral al tener siempre el puesto de trabajo cubierto.