«A mí se me había olvidado mi vida y Javier Menéndez Flores me la ha recordado«, expuso el de Úbeda cuando en el año 2000 vio la luz este libro que recientemente ha vuelto a ser lanzado en una versión revisada y actualizada.
En esta nueva edición se han añadido más de 200 páginas nuevas y fotografías inéditas que sirven para completar la biografía cronológica de Joaquín Sabina, uno de los artistas más destacados de nuestro país. Un artista al que Menéndez Flores tiene ‘calado’. Tanto es así que en una reciente entrevista con Uppers se ha atrevido a hablar del artista desde la imagen que tiene de él y con la que creó la biografía.
«Como cualquier artista que ha conocido el éxito masivo, un éxito colosal, supongo que es, ante todo, un impostor», define este a Sabina, del que dice que consiguió conquistar al público a través de su personalidad «explosiva y transgresora, que huía de la solemnidad como de la peste y resultaba tremendamente efectista«.
Algo paradójico de esta historia entre biógrafo y escritor es que al principio Menéndez Flores no tenía buena imagen del cantante. Lo consideraba un «gilipollas», aunque eso cambió cuando se topó con los versos de Esta boca es mía.
Ahora reconoce que su Sabina favorito (identifica un antes y un después del accidente isquémico cerebral que el artista sufrió en el año 2001 y que le sumió en una depresión) es el de los 90, cuando lanzó los discos Física y química, Esta boca es mía y Yo, mi, me, contigo.
Según el biógrafo del artista, «Sabina ya es un clásico«. Actualmente está embarcado en una gira que, al parecer, será su despedida de los escenarios. «Sí creo que seguirá componiendo y haciendo discos, pero me lo imagino más escribiendo. Un retiro relativo, porque aún puede ser productivo«, confiesa Menéndez Flores.
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