Al menos es lo que se deduce de un estudio realizado en 2017 por tres psicólogos de la Universidad de Florida, la Universidad Carroll y la Universidad Marquette y publicado recientemente en IFL Science que ha demostrado que además de más introvertidos, reservados y tranquilos cómo se suele considerar a los amantes de los gatos, estas personas también son más inteligentes, ya que obtuvieron una puntuación más alta en una prueba de razonamiento e inteligencia general.
Repecto a aquellos que prefieren a los perros, personas que por regla general son consideradas más extrovertidas, más activos físicamente y con más necesidad de socializar con otros, según el mismo estudio además de tener más probabilidades de ser más extrovertidos también tienen una mayor conciencia de la existencia de reglas.
De todos ellos, 352 se declararon amantes de los perros y 66 dijeron que preferían los gatos,. Del estudio se dedujo también que estos últimos, los admiradores de felinos demostraron ser mejores en conceptos como pensamiento abstracto, autosuficiencia y mentalidad abierta.
“Tomados en conjunto, estos hallazgos describen las personalidades de la persona promedio con gatos como tímida, solitaria, impersonal, seria e inconformista, pero también creativa, sentimental, independiente y autosuficiente. Por el contrario, estos hallazgos describen alos amantes de los perros como personas con los pies en la tierra, pragmáticas y obedientes, así como cálidas, extrovertidas, sociables, expresivas y orientadas al grupo”, explicaban los autores del estudio.
“Los perfiles de personalidad de las personas creativas y las amantes de los gatos son notablemente similares, lo que sugiere que las personas que se consideran creativas tienden a preferir los gatos como mascotas”, añadieron los autores.