Y es que según explica la ciencia las bebidas calientes refrescan más el cuerpo que las frías, algo que tiene que ver con la temperatura normal del cuerpo humano y con cómo reacciona este al tomar bebidas frías.
La temperatura corporal normal está entre los 36 y 37 ºC. Las bebidas frías están por debajo de los 10 ºC, y cuando ingerimos una bebida a esa temperatura tan baja, nuestro organismo tiene que asimilarla. De momento la sensación es placentera pero luego nuestro cuerpo debe ponerse a trabajar para volver a su temperatura normal.
Para volver a su temperatura normal, el cuerpo necesita gastar energía extra y ese gasto extra produce una mayor sensación de calor, es decir cuanto más bebidas frías tomemos más calor tendremos por paradójico que parezca.
Sin embargo si tomamos bebidas calientes, el cuerpo hace el trabajo inverso y lo hace mediante el sudor. Cuando sudamos evaporamos agua y así reducimos nuestra temperatura corporal, por eso sentiremos al principio una sensación de calor que se trasformará en una sensación de frescor al rato.
Se trata de un fenómeno descubierto en un estudio realizado en 2012 en la Universidad de Ottawa, en Canadá. Aunque los mismos científicos que lo realizaron aclararon que para que el resultado sea refrescante deben darse las condiciones para que el cuerpo sude, si no el resultado será el contrario, la bebida nos dará más calor.
Y es que podemos no sudar si ya estamos sudando demasiado, porque haya mucha humedad en el ambiente, porque llevemos mucha ropa o bien porque estemos haciendo ejercicio. En esas condiciones, entonces, tomar una bebida caliente para refrescarnos no es buena idea.
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