Pero no es una siesta cualquiera, el Inemuri tiene unas características muy concretas, por ejemplo no debe durar más de una hora, se puede realizar en medio de cualquier actividad, en el metro, en un banco de la calle e incluso en el trabajo, donde está bien visto puesto que se piensa que los empleados son así más productivos. Al realizarse en público se puede interrumpir en cualquier momento si las circunstancias así lo requieren.
El origen de esta práctica es relativamente reciente, concretamente en los años ochenta, cuando Japón experimentó un auge económico, una situación ante la que se creó la mentalidad de que había que llegar el primero al trabajo e irse el último, aunque para ello hubiera que dormir mucho menos.
Desde TELVA aluden además a un nuevo estudio publicado en la revista Sleep Health que «ha confirmado recientemente que la siesta de entre 20 y 30 minutos es muy beneficiosa para nuestra salud. Al parecer, las investigaciones concluyen que puede tener un papel en la ralentización del proceso de envejecimiento del cerebro», explican.
No obstante, el doctor Javier Albares, especialista en sueño, explica en el mismo medio que si hemos dormido mal, no debemos recuperar el sueño durante las horas de luz del día siguiente, «En lugar de eso, ve a dormir a la hora que tengas sueño, siempre que no sea antes de lo habitual. Intentar recuperar el sueño es como picar entre horas y exigirte tener hambre a la hora de cenar».