Se trata del llamado Mecanismo de Ajuste en Frontera al Carbono (CBAM), cuya creación se acordó en diciembre de 2022 y entrará en vigor el próximo uno de octubre. Desde 20Minutos matizan en qué consiste esta tasa cuyo objetivo es «intentar igualar la contribución que en términos de pago por emisiones de CO2 hacen los productos europeos con aquellos que la UE exporta a países terceros».
El impuesto grava las importaciones de cemento, hierro y acero, aluminio, fertilizantes, electricidad e hidrógeno y este coste se arrastra por la cadena hasta llegar al producto final, lo que impacta en el bolsillo de las familias y en los costes de producción de las empresas, explica El Mundo. Algo que afectará al bolsillo del consumidor para el que supondrá alrededor de cien euros al año en cada hogar, aunque en este caso los más afectados serán lo de mayor renta para los que supondrá unos 268 euros anuales frente a los 30 de los hogares con menor poder adquisitivo.
Añaden que se trata de «un elemento complementario al mercado europeo de derechos de emisión, que fija un techo compartido de emisiones industriales de CO2, que permite que las plantas o fábricas que no consuman todos sus derechos de emisión puedan vender los sobrantes, viendo de esta forma incentivado la reducción de emisiones.»
Según un estudio de EsadeEcPol ,«La tasa sobre las importaciones por emisiones de CO2 podría incrementar en un 2% el precio de la carne de vacuno, un 1,6% los guisantes, un 1,5% las habas y los cereales entre un 1 y un 1,3%. Los alimentos menos afectados serían los frutos del bosque (arándanos, grosellas y frambuesas), las espinacas, los puerros y los aguacates».
En cuanto a los sectores que se verán más afectados por esta medida el mismo estudio resalta que los más expuestos son la industria metalúrgica y del automóvil cuyo impacto agregado podría ser de más de 2500 millones de euros al año, tomando siempre como base del cálculo el precio del CO2 a 80 euros la tonelada. Además del mercado manufacturero dónde el incremento podría estar entre un siete y un veinte por ciento adicional. Siendo los productos que podrían verse más afectados el cemento, los ladrillos, las puertas, ventanas y cerámica, algo que afectaría al sector de la construcción en general.
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