Desde el portal de salud Kids Health definen el impétigo como una infección de la piel más frecuente en niños que en adultos y que se caracteriza por la formación de ampollas o llagas visibles en la dermis. Aunque no suele ser grave, ya que puede tratarse con antibióticos.
Eso sí, como bien alertaron desde el CSIF, sí es una enfermedad contagiosa si «el líquido que supura de las ampollas en la piel entra en contacto con una zona abierta de la piel», como informan desde Medline Plus. También se puede transmitir entre niños o a los adultos.
#CSIF pide medidas urgentes para evitar nuevos brotes de impétigo, como el sucedido en una escuela de verano de niños en Benicarló (Castellón).
️ Es una enfermedad muy contagiosa. Hay que actuar para frenar su expansión.@CSIFSANIDADNAC pic.twitter.com/rTSXPtxlec
— CSIF Nacional (@CSIFnacional) July 21, 2023
Aunque no siempre aparece por una lesión y uno de los motivos por los que afecta a los niños es cuando estos se encuentran en condiciones insalubres. Pero también puede aparecer tras pillar un resfriado u otro tipo de virus. Las llagas o lesiones en la dermis suelen aparecer 10 días después del contagio.
Asimismo, aunque desde los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) informan de que aunque el impétigo puede afectar a personas de diferentes edades, es más frecuente en niños de este 2 y 5 años y añaden que las personas con sarna tienen más probabilidades de contagiarse.
Como señalan los expertos, al principio, la enfermedad simplemente se muestra con la aparición de una llaga de color enrojecido que provoca cierto picor. Es cierto que puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero es más habitual que salga en zonas más expuestas (brazos, piernas, nariz, boca…).
A medida que va evolucionando la infección, la llaga se va abriendo y supura un líquido transparente que a veces suelta algo de pus durante unos días. Después, cuando ya se está empezando a curar, se transforma en costra.
Al ser una enfermedad infecciosa, desde Mayo Clinic recomiendan que, en caso de un brote como el de Benicarló, que los padres mantengan a los niños alejados del foco de contagio (en este caso, una escuela de verano) hasta que dejen de propagar la enfermedad, es decir, 24 horas después de empezar con los antibióticos.