La siesta puede modificar el tamaño de tu cerebro

Lo ideal, según un estudio, es practicarlo durante 26 minutos

Ana Más

Ayer mismo hablábamos de una investigación publicada en la revista Neurology, que habla sobre cómo cuidar bien de los dientes puede estar relacionado con una mejor salud cerebral y no solo eso, sino también con el tamaño de nuestro cerebro. Pues bien, hoy volvemos a hablar de un hábito que parece modificar también su tamaño: dormir la siesta.

Al menos esto es lo que se deduce de una reciente investigación realizada por un equipo internacional de investigadores liderado por el University College London y publicada en un artículo en la revista Sleep Health, en la que se analizaron los genes que se vinculan a al propensión a la siesta y los que no y que establece una relación entre dormir siestas y tener un cerebro más grande.

El equipo de investigadores comparó dos grupos de personas, uno que mostraba estos genes en su ADN y otro que no. Se tomaron como referencia para ello 97 fragmentos de ADN de los 378,932  participantes en el estudio, cuya edad estaba entre 40 y 69 años.

Relación entre este hábito y la pérdida de volumen en el cerebro

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 Victoria Garfield, miembro del equipo responsable de la investigación explicaba en una nota de prensa: «Nuestros descubrimientos sugieren que, para alguna gente, breves siestas diurnas pueden ser parte del puzle que ayuda a preservar  la salud del cerebro según envejecemos», y es que en el estudio observaron que la diferencia en volumen de los cerebros equivalía a la pérdida del volumen que se da en este asociado a entre 2,6 y 6,5 años de envejecimiento.

Además desde xataka.com explican que la pérdida de volumen cerebral es uno de los efectos de algunas enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y añaden que en un artículo para The Conversation los autores del estudio especulan con la posibilidad de que las siestas puedan ayudar a detener esta evolución. “Nuestros hallazgos ayudan a clarificar el impacto de las siestas diurnas en la salud cerebral, lo cual  podría limitar el deterioro cognitivo conforme una persona se haga mayor”, explican

Los investigadores recomiendan no dejar la siesta para muy tarde para no alterar el ciclo de nuestro sueño nocturno y aunque el estudio no aporta ningún dato sobre cuanto debe durar esta, desde el mismo medio aluden a un estudio que apuntaba que las siestas ideales son aquellas que duran 26 minutos.

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