Se produce en el estómago e influye mucho en nuestro apetito y también en nuestro peso ya que es la responsable de que aumente la sensación de hambre y las ganas de comer.
Pero además, «reduce el gasto energético, favorece el almacenamiento de grasa y dificulta la pérdida de peso», esxplican desde clara.es y por eso es tan importante controlar sus niveles. Pero además es muy importante a la hora de controlar la calidad del sueño, la sensación del gusto y la quema de carbohidratos.
Esta hormona aumenta cuando el estómago está vacío y disminuye cuando el estómago está lleno.Y precisamente hacer dieta es una de las cosas que aumenta nuestros niveles de grelina, sobre todo si la abandonamos de manera repentina.
Y es que «cuando se hace una dieta restrictiva, el cuerpo interpreta que hay una situación de escasez de alimentos y aumenta los niveles de grelina para estimular el hambre y el apetito», explican desde el mismo medio. Desde donde a su vez aluden a un estudio publicado en ‘American Journal of Preventive Medicine’ que explica que esto puede dificultar que nos mantengamos a dieta y sobre todo provocar un efecto rebote al abandonarla.
Y otro factor que influye, cuando perdemos peso nuestro cuerpo reduce el gasto energético para adaptarse y a su vez la producción de leptina, que es la hormona que inhibe el hambre. Esto hace que se eleven los niveles de grelina incluso después de haber comido y puede contribuir a recuperar el peso perdido tal y como explican desde la Universidad de Colorado en un estudio publicado en la revista ‘Physiology & Behavior’.
De ahi que la recomendación sea seguir una dieta equilibrada pero no demasiada baja en calorías y nutrientes esenciales y combinarla con ejercicio físico que también nos ayudará a regular no solo la grelina sino también otras hormonas relacionadas con el apetito, explican.
A su vez, la dietista-nutricionista e investigadora en el Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra, Inmaculada Aguilera, explica desde la Academia Española de Nutrición y Dietética que no hay un ‘botón mágico’ para encender o apagar la grelina pero lo que si podemos hacer es, «trabajar los factores que ayudan a que esté en valores adecuados: dormir entre 7 y 8 horas cada día, hacer ejercicio físico, y llevar un horario regular de comidas. En especial, debemos procurar no cenar tarde (más allá de las 9 de la noche), para que el periodo de ayuno nocturno propio de la noche, ayuda a que esta hormona estén en su niveles adecuados».