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¿Funcionan realmente? Los supuestos trucos para no dar positivo en un control de alcoholemia
Desde beber aceite a tomar una clara de huevo
Seguramente has escuchado en más de una ocasión algunos ‘trucos’ para no dar positivo en un control de
alcoholemia. Beber aceite, tomar chicles o una clara de huevo son solo algunos de los muchos mitos sobre cómo rebajar la tasa de alcohol en sangre al enfrentarse a un alcoholímetro. Ahora bien,
¿cuánto hay de realidad en ellos?
La
Dirección General de Tráfico (DGT) compartió en su web varios supuestos trucos que se dan por ciertos relacionados con el consumo de alcohol y la conducción. Según el organismo, estos son algunos de los más repetidos tanto en redes sociales como en el tú a tú de las personas (y sí, son completamente falsos):
- Hacer ejercicio
- Tomar chicles, caramelos balsámicos, menta u otras hierbas
- Tomar caramelos u otros productos con azúcar
- Masticar granos de café
- Beber aceite
- Fumar abundantemente
- Consumir cocaína
- Usar determinados spray bucales
- Beber mucha agua después de tomar alcohol
- Tomar clara de huevo
El mensaje es claro: si tienes que conducir, no tomes ni una gota de alcohol, y no solo por la multa que te pueda caer si das positivo en un control, sino porque pones en riesgo tu vida y las del resto de conductores y pasajeros. Cualquier cantidad de alcohol ingerida, aunque esté por debajo del límite permitido, es un riesgo para la salud vial.
Variantes que sí afectan a la tasa de alcoholemia
Desde el mismo portal la DGT también advertían que el alcohol no afecta a todos por igual, y por ello no debemos pensar que tenemos el control de la situación.
Tras su ingesta, el alcohol se absorbe en el aparato digestivo, pasando posteriormente a la sangre, donde alcanza la mayor concentración tras 30-90 minutos. El tiempo es orientativo y dependerá de varios factores, como la presencia de alimentos en el estómago (lo que retrasa la absorción) o el tipo de bebida que se haya tomado (la absorción del alcohol del vino o la cerveza es más lenta que las bebidas destiladas como la ginebra, el ron o el whisky).
Otros factores que afectan a la tasa de alcoholemia:
- La velocidad en la que se bebe: Cuanto más rápido tomes la bebida, mayor será la velocidad de absorción del alcohol en sangre. Es mejor beber pausadamente y alternando las bebidas alcohólicas con otras que no lo sean.
- Sexo y peso de la persona: El alcohol no se absorbe igual en hombres y mujeres, como tampoco en personas más delgadas y otras más gruesas. Con la misma cantidad de alcohol ingerida, las mujeres suelen presentar tasas de alcoholemia más altas que los hombres. Lo mismo ocurre con las personas delgadas, cuya tasa será mayor que la de una persona más gruesa habiendo ingerido el mismo tipo alcohol y cantidad.
- Hora del día: Tras su consumo el alcohol permanece en nuestro organismo por varias horas, las cuales serán más dependiendo del momento del día en el que lo hayamos tomado. Durante las horas de sueño el alcohol se elimina más lentamente, por lo que si bebes antes de dormir es probable que despiertes aún con alcohol en sangre. Descansar no es una garantía de una conducción segura tras haber tomado alcohol.