Desde la OCU también han pensado en ello y por eso han hecho un análisis comparativo viendo pros y contras de cada una de las dos opciones.
Lo que parece claro es que con el lavavajillas «se invierte menos tiempo y trabajo en la limpieza del menaje, al tiempo que se consigue una mayor higiene», explican desde la organización. Pero hay que analizar algunos otros factores para saber qué opción es más ventajosa.
Desde la OCU destacan que el lavavajillas utiliza el agua de forma mucho más eficiente que si lavamos a mano, logrando un ahorro de entre el ochenta y ochenta y cinco por ciento. Las conclusiones parecen claras: meter los platos al lavavajillas supone un gasto de 10 a 15 litros de agua por ciclo, que equivale a 0,01749 euros. Por otra parte fregar a mano supone en torno a 60 litros de agua para dos fregaderos llenos y esto equivale a 0,10491 euros.
Del gasto de electricidad en los dos casos, la organización de consumidores dice que el mayor consumo de energía se produce al calentar el agua y «al tener un consumo de agua mucho más pequeño, el gasto del lavavajillas también es más bajo, entre un 50 y un 70% menos de energía que lavar los platos a mano». El consumo medio de energía de un lavavajillas está entre 0,7 y 1 kWh, según el programa y a mano 60 litros de agua a 40°C consumirán entre 2 y 2,5 kWh de electricidad y algo más, unos 2,8 kWh, si se calientan con gas, explican.
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