¿A mano o en el lavavajillas? La opción más barata para fregar los platos, según la OCU

Han realizado un análisis comparativo de las dos formas

Ana Más

Agatha Christie imaginaba los crímenes de sus libros mientras fregaba los platos y Alfred Hitchcock afirmaba que nadie lavaba los platos como él. Sin embargo para algunos fregar los platos es una de las tareas menos agradables del día y más si tiene que hacerlo a mano porque no tenga lavavajillas. El dilema viene muchas veces cuando sí lo tienes pero no sabes cual es la mejor opción en cuanto ahorro de luz y agua.

Desde la OCU también han pensado en ello y por eso han hecho un análisis comparativo viendo pros y contras de cada una de las dos opciones.

Lo que parece claro es que con el lavavajillas «se invierte menos tiempo y trabajo en la limpieza del menaje, al tiempo que se consigue una mayor higiene», explican desde la organización. Pero hay que analizar algunos otros factores para saber qué opción es más ventajosa.

La forma de fregar los platos con la que más ahorramos

Desde la OCU destacan  que el lavavajillas utiliza el agua de forma mucho más eficiente que si lavamos a mano, logrando un ahorro de entre el ochenta y ochenta y cinco por ciento. Las conclusiones parecen claras: meter los platos al lavavajillas supone un gasto de 10 a 15 litros de agua por ciclo, que equivale a 0,01749 euros. Por otra parte fregar a mano supone en torno a 60 litros de agua para dos fregaderos llenos y esto equivale a 0,10491 euros.

Del gasto de electricidad en los dos casos, la organización de consumidores dice que el mayor consumo de energía se produce al calentar el agua y «al tener un consumo de agua mucho más pequeño, el gasto del lavavajillas también es más bajo, entre un 50 y un 70% menos de energía que lavar los platos a mano». El consumo medio de energía de un lavavajillas está entre 0,7 y 1 kWh, según el programa y a mano 60 litros de agua a 40°C consumirán entre 2 y 2,5 kWh de electricidad y algo más, unos 2,8 kWh, si se calientan con gas, explican.

La conclusión parece clara, además de la comodidad que supone, metiendo los platos en el lavavajillas ahorramos tiempo y dinero en gasto de agua, y es que podemos gastar hasta cinco veces menos de dependiendo de su precio en la localidad en la que vivamos. En cuanto al gasto de energía, el consumo con el lavavajillas es más o menos la mitad, aunque «el ahorro depende de si calientas el agua para fregar a mano con gas, en cuyo caso el coste es muy similar al del lavavajillas, o con termo eléctrico, que cada lavado te cuesta más del doble», explican.

MÁS SOBRE: