Pero más alla de esto que a estas alturas todos tenemos claro, hoy hablamos de la la Fórmula Greene, una forma de ahorrar que relaciona tu sueldo y tu edad para saber cuanto deberías tener ahorrado según tus años. Aunque lógicamente no vamos a poder ahorrar lo mismo si cobramos una prestación o subsidio a si tenemos un sueldo elevado.
Lo que ganamos, nuestros gastos fijos y los extraordinarios de cada mes van a influir significativamente en lo que podamos ahorrar cada mes, aunque esta fórmula nos permite saber cuánto deberíamos tener ahorrado a los 30,40,50 o 60 años.
Kimmie Greene es el creador de la fórmula que lleva su nombre o al menos el que la popularizó desde el departamento de márketing de Intuit, una compañía estadounidense que se dedica al desarrollo de software contable y financiero. La fórmula relaciona la edad y el sueldo de la persona para calcular cuanto debería ahorrar esta anualmente. Una manera de saber de manera personalizada cómo debemos incrementar nuestros ahorros para una jubilación sin sobresaltos, tal y como explican desde la web de BBVA.
La propuesta de Greene es comenzar a ahorrar lo antes posible, entre los 20 y los 25 años, en esos años el principal objetívo es gastar como máximo un 75% del salario bruto anual y ahorrar el 25% restante, aunque el método señala como lo más importante en esos años no tanto la cantidad de dinero que ahorremos sino acostumbrarnos a hacerlo por sistema.
El método propone llegar a los treinta años teniendo el equivalente a un sueldo anual ahorrado y a partir de ahí adoptar un ritmo de ahorro constante aunque tal y cómo explican desde bbva.es, «siempre supeditado a las variaciones salariales que se vayan produciendo».
El siguiente paso es ahorrar cada cinco años al menos un salario anual bruto, así a los 35 deberíamos tener el doble de nuestro sueldo anual ahorrado, a los cuarenta años el triple, a los cuarenta y cinco el cuádruple de nuestro salario, a los cincuenta nuestro salario anual multiplicado por cinco y mantener ese ritmo hasta los 65, aproximadamente cuando nos jubilamos, que deberíamos tener el equivalente a ocho salarios anuales brutos en el banco.
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