Vivimos permanentemente pegados a nuestro teléfono móvil, grabamos absolutamente todo lo que vivimos y luego lo compartimos en redes sociales o simplemente con nuestros amigos y familia mediante WhatsApp. Estamos en un cumpleaños y en lugar de mirar como sopla la tarta el homenajeado, le grabamos, en lugar de disfrutar de un paisaje lo grabamos y así con un montón de situaciones. Pues bien, gestos tan sencillos como estos pueden suponer que tengamos una patología que hasta tiene nombre: Fomo.
La sociedad actual vive con miedo «a perderse experiencias y no poder compartirlas con la gente, y con un temor aún más grande de no recibir interacciones en redes sociales», explican desde La Vanguardia. Algo que provoca que cada vez más personas sufran este tipo de patología.
En el mismo medio Fernando Checa, experto en redes sociales y marketing online de la Universidad Internacional de La Rioja, explica el significado del término, que «proviene de la expresión en inglés Fear of Missing Out (“temor a perderse algo”, en castellano)». Que además no es nuevo, «la primera vez que se empieza a plantear esta patología es a finales de los 90 y hacía referencia principalmente al miedo a perderse planes», explica.
Ahora, con el asentamiento de las nuevas tecnologías, el Fomo, «se entiende como un tipo de ansiedad social caracterizada por un deseo de estar continuamente conectado con lo que otros están haciendo. Las personas con esta patología buscan constantemente una interacción en redes sociales porque sienten inseguridad al estar “ausentes», explica.
Además habla de dos tipos de perfiles que son más proclives a sufrirlo, personas con una autoestima baja , que en ocasiones se sienten solos y por otro lado «las nuevas generaciones de jóvenes, que no necesariamente tienen una autoestima baja, pero sí dedican gran tiempo al entorno digital», en estos se puede ver afectado incluso su entorno de aprendizaje.
El principal síntoma de esta patología es la ansiedad, para estas personas no tener el móvil cerca o no tener cobertura ni batería es uno de sus grandes miedos. Además si tras hacer una publicación en redes no recibe ‘feedback’ de sus seguidores, puede frustrarse e incluso tener sensación de depresión y llegar a pensar que no le quieren o no les gusta lo suficiente. De ahí que en redes sociales como Instagram se empleen tantos filtros para ‘embellecer el contenido’.
Pero hay un síntoma más de padecer Fomo, el trastorno del sueño y es que estas personas no pueden irse a dormir «si el móvil no está a su alcance para leer las notificaciones y los mensajes que reciben, incluso a mitad de la noche», explica el experto, que a su vez recomienda «marcarse unos tiempos de utilización de la tecnología, sobre todo en Instagram o Twitter. Apagar el teléfono de vez en cuando, eliminarse las aplicaciones que suponen un mayor vicio o limitar el tiempo en la propia app».
Si no podemos estar desconectados entre uno y tres días, debemos pedir ayuda profesional. Además si queremos estar seguros de no padecer este tipo de trastorno debemos ser sinceros y realistas con nosotros mismos al contestar a la siguiente pregunta: ¿paso más tiempo en un entorno digital o real? .
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