La nutricionista Cristina Fernánez Petite cuenta en su libro, «El saludable sabor de lo prohibido: Las recetas saladas más sanas y brutales», la receta de una salsa muy parecida al kétchup pero con mucha menos azúcar: el fitchup.
Prepararla es tan sencillo como introducir todos los ingredientes en una batidora y batir hasta conseguir una salsa homogénea y cremosa, por último añadir sal al gusto. Aunque debemos tener en cuenta que no se conserva durante mucho tiempo, por eso es mucho mejor hacer poca cantidad y guardarlo en un bote de cristal tapado en la nevera.
Incluso la Universidad de Harvard ha hablado de ella como sustitutivo del kétchup procesad, la receta lleva tomate, ajo, ñora, almendras, avellanas, aceite de oliva virgen extra, vinagre, pimentón dulce, guindilla y un poco de sal, que la convierten en una fuente de nutrientes saludables.
«El tomate es una fuente abundante de potasio, vitamina C, fibra y carotenoides como el betacaroteno y el antioxidante licopeno», explican desde Saber Vivir, y añaden que «las almendras y las avellanas son una gran fuente de grasas monoinsaturadas, vitamina E y calcio…El ajo es rico en compuestos azufrados que tienen efecto antibiótico y ayudan a controlar la presión arterial y el colesterol; mientras que el pimiento es uno de los vegetales más ricos en vitamina C…».