El nombre de «sandwich» se debe a que la técnica se realiza en tres fases: dos afirmaciones positivas, que equivaldrían al pan de molde y una crítica constructiva que iría en el medio y que sería el relleno de nuestro técnica. O lo que es lo mismo «decir lo que no nos ha gustado, en medio de otras dos cosas que sí valoramos y agradecemos de esa persona», explican desde El Economista.
Y es que son muchos, además de los que hemos comentado al principio, los beneficios de este tipo de comunicación asertiva, el primero que facilita que la otra persona acepte lo que le estamos diciendo, reflexione y haga algún cambio. También ayuda a mejorar las relaciones interpersonales, ya que es una forma de hablar con claridad y evitar malentendidos, favorece la comunicación afectiva ya que permite expresarnos con claridad pero limitando el impacto negativo en el otro y evita entrar en conflicto con la otra persona, que recibe la crítica de forma más calmada.
La manera de poner en práctica esta técnica sería comenzando con una afirmación positiva, nuestra primera ‘rebanada’. El coach y consultor Sanchez Labella propone algo así: «Juan, enhorabuena por el informe, está muy bien estructurado y con referencias a los principales aspectos que queríamos abordar. Se nota que has aprovechado la formación reciente y aplicado a tu trabajo».
Lo siguiente sería hacer una crítica constructiva, el relleno del pan: «No obstante, has dejado un par de variables sin analizar y que son necesarias para el correcto trabajo de tus compañeros y sin las cuales no pueden avanzar con el consiguiente problema en su planificación. Sería interesante que mantuvieras reuniones periódicas con ellos para analizar cualquier contratiempo en el futuro».
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