Un nuevo hallazgo en este sentido, que se refiere a una de las nueve causas responsables del envejecimiento: la senescencia celular. Se trata del mecanismo que interrumpe la división de células dañadas y las elimina para que no puedan propagarse. Un mecanismo que, como explican desde Uppers, «contribuye a frenar el cáncer, por ejemplo, y ayuda a modelar los tejidos durante la etapa de desarrollo embrionario».
Desde el mismo medio apuntan que aunque es un mecanismo biológico muy beneficioso, según envejecemos también contribuye al desarrollo de enfermedades. «Parece que el motivo es que el sistema inmunitario ya no es capaz de eliminar de forma eficiente estas células viejas, que se van acumulando en los tejidos, lo que empeora su funcionamiento», explican.
Recientemente un equipo de científicos españoles de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y de la Universidad de Leicester (Reino Unido), han desarrollado un nuevo método para frenar el proceso de envejecimiento eliminando las células viejas de los tejidos. Los resultados de este trabajo, se han publicado en Scientific Reports.
Se trata de un anticuerpo «capaz de reconocer proteínas específicas en la superficie de estas células envejecidas, engancharse a ellas y aplicarles un fármaco que las elimina, sin afectar al resto de células sanas, lo que minimiza los potenciales efectos secundarios«, explican desde el mismo medio.
Algo que podría ayudar a desarrollar tratamientos efectivos para retrasar la evolución de enfermedades vinculadas al envejecimiento y con el tiempo ayudar a retardar el proceso de envejecimiento y a mejorar la esperanza y calidad de vida de las personas de mucha edad.
El médico e investigador de la UOC, Salvador Macip, que está al frente de la investigación ha explicado que se han basado en terapias que ya se usan en el cáncer y se dirigen a proteínas concretas que están ‘presentes en la superficie de las células cancerosas’, y lo han trasladado a las células senescentes.
Ya había experimentos previos realizados en el laboratorio con modelos animales que habían demostrado que, si se eliminaban estas células con fármacos, se conseguía retardar la progresión de la enfermedad y la degeneración propia de la edad. Esto se conseguía con un nuevo tipo de fármacos llamado senolíticos, que son poco específicos y tienen efectos secundarios, lo que hace difícil que puedan aplicarse todavía en humanos. Y precisamente un senolítico de segunda generación muy específico y teledirigido es el fármaco que han desarrollado este equipo de investigadores.
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